Proponen antimanual de la lengua para romper pacto patriarcal.

*Se busca la inclusión y borrar la marca falocéntrica que conlleva el hablar en clave masculina.

El Antimanual de la lengua española para un lenguaje no sexista es una propuesta política a favor de romper el pacto patriarcal y cis-heterosexista presente en el uso del español; una invitación a manera de posicionamiento político.

La presentación del libro estuvo presidida por Marisa Belausteguigoitia, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), quien fungió como moderadora, y con las participaciones de Hortensia Moreno, directora de la revista Debate Feminista; Modesta García Roa, jefa del Departamento de Publicaciones del CIEG; y Alejandra Tapia, técnica académica del mismo Centro y editora especializada en estudios de género.

El Antimanual de la lengua española para un lenguaje no sexista es una coedición del CIEG y la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, de la autoría de Marisa Belausteguigoitia, Amneris Chaparro, Modesta García, Janaina Maciel, Hortensia Moreno, Alejandra Tapia, César Torres y Salma Vásquez.

La manera en que hablamos y escribimos está marcada por un sesgo masculino que ha sido excluyente en todas sus formas. En este sentido, el Antimanual busca incidir en la transformación del lenguaje para que incluya a más seres humanos y, de este modo, borrar la marca falocéntrica que conlleva el hablar en clave masculina.

El uso del lenguaje incluyente “significa una rebelión ante un principio de autoridad intransigente, una toma de partido y de responsabilidad ante el lenguaje y las formas de expresarlo”, dijo Hortensia Moreno mientras daba la bienvenida al texto disruptivo.

El Antimanual tiene una propuesta desde su portada, en la que se puede ver la combinación cromática de 18 banderas que representan algunas de las disidencias y diversidades sexogenéricas. Sus primeras páginas están marcadas por una advertencia que enuncia que “no es un documento oficial, sino un juego de palabras”, y que nadie puede imponer el lenguaje incluyente no sexista, pero tampoco se puede prohibir.

Para su descripción, Marisa Belausteguigoitia habló de la fuerza con la que irrumpe el texto. Destacó que posee amabilidad y la posibilidad de conservar las formas para “que las personas que no les gusta girar el lenguaje, que no les agrada pellizcarlo, también entren amable y conservadoramente a usar el lenguaje inclusivo”.

Modesta García contó que la idea del Antimanual surgió desde “la práctica editorial feminista para tener la posibilidad de escribir fuera de este binarismo masculino-femenino, que representa promover el uso del lenguaje no sexista con herramientas poco conocidas o de ‘poco prestigio lingüístico’”, e indicó que la publicación estará disponible a la venta, pero también en acceso abierto para su descarga gratuita.

El Antimanual propone el uso de “-e”, “x”, “_” y “@”; pero de la misma manera el desdoblamiento de los determinantes “los” y “las”, los sustantivos colectivos y neutros, pronombres y determinantes sin género, y formas metonímicas, además de una léxica y una vocabularia activista.

Alejandra Tapia argumentó que la léxica y la vocabularia activista tienen conceptos importantes para comprender el Antimanual, ya que “retoman muchas de las palabras usadas en las colectivas activistas, que están saliendo a las calles o tomando facultades”. El Antimanual se irá modificando y enriqueciendo con nuevos conceptos y palabras conforme avancen los movimientos feministas.

Hortensia Moreno se declaró del “bloque negro” de la lingüística, porque el lenguaje incluyente tiene que ser disruptivo; de lo contrario no sirve para nada. Tiene que provocar que la gente se tape los oídos y que se incomode al leerlo o escucharlo. “Con este lenguaje estamos hablando de la injusticia social, de discriminación, violencia, feminicidios, transfeminicidios, homofobia, transfobia, diversofobia. Todas esas injusticias tienen que ser combatidas con todas las armas que tenemos, y mi arma principal es el lenguaje”, remató.