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28.12.2025 Kremlin.- El presidente ruso Vladímir Putin reaccionó a la reunión sostenida entre Donald Trump y Volodímir Zelenski en Mar-a-Lago, Florida, señalando que cualquier intento de acuerdo de paz debe reconocer lo que llamó “las nuevas realidades territoriales” en Ucrania.
Putin afirmó que Rusia está dispuesta a escuchar propuestas, pero advirtió que no aceptará condiciones que desconozcan la anexión de Crimea ni el control de regiones del Donbás. Sus declaraciones se produjeron horas después de que Trump y Zelenski expresaran optimismo sobre un posible marco de negociación, aunque reconocieron diferencias sustanciales en torno al estatus de los territorios ocupados.
En paralelo, imágenes satelitales y comunicados oficiales confirmaron que Rusia ha estacionado misiles hipersónicos Oreshnik, conocidos en inglés como Hazel, en una antigua base militar en el este de Bielorrusia.
Este despliegue representa una amenaza directa para Europa, pues los Oreshnik son considerados ininterceptables por los sistemas de defensa actuales. Según los reportes técnicos, alcanzan velocidades superiores a Mach 10 y tienen un alcance estimado de más de 5.000 kilómetros cuando se lanzan desde territorio bielorruso, lo que coloca bajo riesgo a gran parte del continente europeo.
El movimiento militar refuerza la presión de Moscú en medio de las negociaciones y envía un mensaje de fuerza a Washington y Kiev. Analistas señalan que el despliegue de los Oreshnik busca consolidar la posición rusa en la mesa de diálogo, mostrando que el Kremlin no está dispuesto a ceder sin garantías de seguridad y reconocimiento político.
La base elegida en Bielorrusia, país aliado de Moscú, se convierte así en un punto estratégico para proyectar poder hacia Europa y para condicionar cualquier avance diplomático.
La combinación de declaraciones políticas y acciones militares refleja la estrategia dual de Putin: abrir espacio para la negociación mientras incrementa la capacidad de presión sobre sus adversarios.
La reunión entre Trump y Zelenski, que había generado expectativas de un avance hacia la paz, se ve ahora acompañada por un gesto que eleva la tensión regional y global.
Europa observa con preocupación el despliegue de los misiles hipersónicos, conscientes de que su alcance y velocidad redefinen el equilibrio estratégico y aumentan el riesgo de una escalada en el conflicto.
