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/ Agustín Basilio de la Vega. /
En México la palabra “huachicol” se usa para designar a una bebida alcohólica adulterada con alcohol de caña o agua. En la actualidad ha tomado un nuevo significado al referirse al combustible robado (gasolina o diésel) tomado de ductos y que suele ser adulterado para aumentar el volumen.
El “huachicol fiscal”, modalidad de introducir gasolina o diésel simulando alcoholes, lubricantes o aditivos, para evadir el pago de impuestos como el IEPS (Impuesto Especial a Productos y Servicios) se ha extendido con la complicidad de autoridades del gobierno y en particular de quienes están administrando los puertos mexicanos y PEMEX.
Esta actividad ilícita de robar y traficar combustible por parte del gobierno de la autollamada cuarta transformación se ha convertido en un caso de corrupción de enormes dimensiones. Se estima que tan solo en 2024, según cifras de analistas, “se ingresaron 18 mil millones de litros de combustible ilegal, lo que significa un quebranto de 177 mil millones de pesos anuales” a los mexicanos.
¿Cómo ha sido posible que haya aumentado la corrupción en aduanas, puertos e instalaciones de PEMEX al grado de que enormes buques tanque puedan descargar millones de litros de combustibles? Hay varios cambios impulsados por Morena en México que explican esta corrupción.
En primer lugar, se relevó a la otora Secretaría de Comunicaciones y Transportes de estar al cargo de las Administradoras Portuarias Integrales (API´s) para entregarlas a la Secretaria de Marina que crearon las ASIPONA´s (Administradoras del Sistema Portuario Nacional). Con este cambio de mandos civiles a navales se perdió experiencia y se improvisó privilegiando la “lealtad ciega” en detrimento de las capacidades técnicas.
La destrucción del sistema de transparencia y de acceso a la información pública gubernamental fue otro capricho del presidente. La eliminación de instituciones autónomas ha dado más poder a la administración pública y ha disminuido la capacidad de los ciudadanos de vigilar las actuaciones del gobierno. Esto en parte explica que no se haya descubierto antes este monumental caso que involucra a instituciones y autoridades de gobierno.
Llama la atención que a raíz de este escándalo, funcionarios y mandos de alto nivel de la administración de López involucrados en este caso y en el del grupo criminal de la “barredora” en Tabasco hayan muerto por suicidio y que desde la presidencia se trate de minimizar la descomposición gubernamental. Ojalá se deslinde y corrija el rumbo del país.
X @basiliodelavega