Denise Dresser.
Ante la auto-denominada “4T” y ante el futuro de tu país:
1. Sé ciudadano. Edúcate sobre tus derechos democráticos y ejércelos. Están contenidos en la Constitución, en los tratados internacionales que México ha suscrito, en el andamiaje legal que deberías conocer. Recuerda que tú también eres pueblo, tú también formas parte del país. No permitas el encogimiento de la Patria, en función de criterios arbitrarios, impuestos por el Presidente en turno. No permitas que quienes gobiernan usen la expresión “pueblo” como si representara una sola voluntad, un solo juicio, un solo mandato unívoco, excluyendo a sectores amplios y diversos de la población.
2. Sé incluyente. Reconoce la realidad clasista, elitista y racista del país en el que vives, porque esa realidad discriminatoria produjo a López Obrador y explica su arraigo. No uses palabras derogatorias que son dardos, epítetos descalificadores que son flechas, expresiones elitistas que revelan el rostro oscuro de México. No reproduzcas los patrones que han llevado a millones de mexicanos a vivir y a sentirse a la intemperie. Entiende el enojo legítimo de quienes han sido tratados como mexicanos de segunda. No seas parte de las minorías complacientes ante las mayorías marginadas.
3. Sé pluralista. No le concedas sólo valor moral a tu bando, a tu partido, a tu género. Suscribe el compromiso de compartir el espacio político y social con los irreduciblemente diferentes en cuanto a intereses e identidades. La negación de la diversidad sobre lo que constituye un México mejor impedirá concebirlo y reinventarlo de manera colectiva.
4. Sé demócrata. Abrazar el anti-pluralismo, ya sea de izquierda o derecha, es ser anti-democrático. Y hay que sustituir la exclusión del pasado por la inclusión del futuro; no de crear un cordón sanitario alrededor de los que no piensan como tú. De lo contrario, te conviertes en una calca de lo que criticas.
5. Sé megáfono. Como sugiere Jan Werner Mueller, “hablar con populistas no es lo mismo que hablar como populistas”. Hay que contenerlos, no emularlos. Hay que encararlos con argumentos, evidencia, datos, ciencia, y la realidad detrás del discurso que apela a la popularidad de un hombre, no a los resultados de un gobierno.
6. Sé silbato. Apoya al periodismo independiente que describe lo ocurrido durante los últimos dos años, sin adjetivos, sin opiniones. Apoya a organizaciones de la sociedad civil que el oficialismo denuesta a diario precisamente por cuanto evidencian. Timothy Snyder lo enfatiza: “cree en la verdad”, porque la posverdad diseminada desde Palacio Nacional pavimenta el camino al autoritarismo.
7. Sé puente. Reconoce que México lleva décadas requiriendo transformaciones capaces de encarar a los oligarcas y a los monopolistas y a los cuatistas y a los corruptos, tanto públicos como privados. Pero lamentablemente el proyecto de AMLO no ha sabido instrumentarlas. Piensa en cómo hacerlo, atendiendo agravios de forma audaz, emulando a Biden frente al trumpismo.
8. Sé constructivo. La 4T no es un gobierno; es una narrativa. La 4T no es un conjunto congruente de políticas públicas; es un argumento moral. La 4T no es un movimiento social; es la organización de odios. De ahí deriva su fuerza, y cualquier alternativa no resultará creíble si sólo ofrece una defensa del pasado o prescripciones tecnocráticas. Tendrá que pensar en un nuevo contrato social cuyo punto de partida sea la incorporación de quienes se han quedado afuera o atrás. No se trata de “Hacer Historia”, sino de “Repensar a México” para que sea más próspero y más equitativo. Agrandar el pastel y repartirlo mejor.
9. Sé participativo. AMLO y Morena son fuertes porque los partidos y la sociedad civil son débiles. Hoy el gobierno tilda a los opositores como “ilegítimos”, aprovechando el descrédito de unos y las divisiones de otros. Pero la existencia de opciones al lopezobradorismo es esencial para procesar diferencias, promover alternativas, construir muros de contención alrededor de actos autoritarios, y mantener viva la aspiración democrática. Hay que temerle a los países de un solo partido; así fuimos y de ahí venimos.
10. Vota. Porque el voto cuenta y se cuenta hay que ejercerlo para castigar. Para frenar los abusos del poder. Para ser un verdadero patriota. De esos que -como decía Mark Twain- defienden a su país siempre, y a su gobierno sólo cuando se lo merece.