¿QUÉ LE PASÓ A MORENA?

DE FRENTE Y DE PERFIL.

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN.

El seis de junio podría ser un día aciago en la temprana vida del Movimiento de Regeneración Nacional, pues las urnas podrían arrojar resultados sumamente decepcionantes para ellos.

Nada comparable al día del triunfo remontado hace apenas tres años, el primero de julio, cuando arrasaron en las votaciones para la Presidencia de la República y las cámaras que integran el Poder Legislativo, pero además lo hicieron también en la mayoría de los Congresos locales y presidencias municipales.

Fue el día de la victoria de un partido nacido apenas tres años antes, es decir en 2015 y que conoció la gloria en 2018 y puede enfrentar una tremenda derrota en 2021.

Demasiados cortos los tiempos para la democracia mexicana que alarga la vida de los otrora partidos aplanadora, uno más que el otro, PRI y PAN que podrían resucitar en los comicios del 6 de junio.

Qué le pasó a MORENA, un organismo político que apenas dos meses antes de los comicios del 21 resaltaba como el gran favorito en las urnas, con la posibilidad de conservar el control de la Cámara de Diputados, ganar las alcaldías de la CDMX y triunfar en una docena de las 15 gubernaturas en disputa.

Explicaciones hay muchas, aunque más bien parecen un cúmulo de situaciones que se fueron conjuntando, para bajar sus momios en las encuetas, aunque la cifra definitiva la darán las autoridades electorales que son las únicas calificadas para dar ganadores y perdedores.

Antes de la presentación de candidatos MORENA contaba con prospectos sumamente definidos que medidos con los opositores sacaban amplia ventaja, lo que los posicionó.

Los aspirantes de MORENA lucían poderosos, casi imposible de alcanzar, aunque como dice la canción, todo se derrumbó, en un abrir y cerrar de ojos.

De pronto los candidatos mostraron sus debilidades, por causas diversas, el partido comenzó a fracturarse en su interior, sus dirigentes no consiguieron amalgamar los grupos, decisiones del gobierno federal no fueron bien recibidas y para colmo, el percance de la L12 del METRO, en que murieron 26 personas, ensombreció el panorama.

MORENA, dos meses antes aparecía como una gran maquinaria electoral en todo el país, destacando sus posibilidades de victoria en los estados de Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Doce de las quince gubernaturas en juego se mostraban a la mano de MORENA. se mantenían dudas en Chihuahua y Nuevo León, pero accesibles y Querétaro fuera del alcance del Movimiento de Regeneración Nacional.

Casi un paseo tranquilo para que MORENA consolidara su poderío en todo el país, manteniendo, además, el control de la Cámara de Diputados, además de la poderosa CDMX y ayuntamientos y Congresos locales en la mayoría de los estados.

De pronto surgió la interrogante y los candidatos de MORENA mostraron flaquezas de todo tipo. Varios de ellos mostraron una imagen distinta a la que habían proyectado y vino el derrumbe.

En San Luis Potosí, MORENA desechó al candidato favorito (Ricardo Gallardo Cardona) y el Verde y el PT se unieron para postularlo. La candidata de MORENA se situó hasta el tercer lugar. La candidata de Nuevo León (Clara Luz Flores) fue pillada en fuera de lugar, cuando negó su relación con un sujeto recluido en prisión de por vida y se fue al suelo. Zacatecas enseño la fragilidad del candidato (David Monreal Ávila), palmeando a otra candidata de su propio partido.

En Chihuahua, la candidata del PAN fue victimizada y se levantó con una amplia ventaja sobre sus adversarios. En Sonora, la alianza conformada por PRI, PAN y PRD, presentó un candidato competitivo que mantiene en jaque a Alfonso Durazo. En Tlaxcala sucedió algo similar y la alianza opositora fue arrebatando terreno a la morenista Lorena Cuéllar.

Guerrero y Michoacán fueron debilitados con la negativa de registro de los candidatos favoritos Félix Salgado y Raúl Morón, teniendo que entrar en sustitución otros abanderados, con mejor suerte en Guerrero, mientras en Michoacán, la nave parece hundirse.

Campeche tenía en Layda Sansores el símbolo de la resistencia, cuatro veces candidata a gobernadora y ahora parecía la oportunidad a mano, pero se desfondó. Baja California Sur muestra la cohesión de la alianza opositora y la flaqueza del candidato de MORENA.

En suma, de los doce gobiernos que se veían accesibles para MORENA, en la actualidad quedan cinco sumamente confiables (Baja California, Colima, Guerrero, Nayarit y Sinaloa), tres más que son una especia de volado y otros dos con alguna posibilidad, pero también creció la cifra de entidades en las que dan como pérdida anticipada a los candidatos de MORENA. Baja California Sur, Chihuahua, Querétaro, Nuevo León y San Luis Potosí están en número rojos para los de MORENA.

¿Y la Cámara de Diputados? Parece ser que MORENA se convertirá en la primera minoría, lejos de la cifra de legisladores que tiene actualmente.

 

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