LEX FEMME.
Que no se olvide la marcha del 8 marzo 2020.
Por Margarita Arellano Hernández
10 mil mujeres marcharon por las calles de nuestra Xalapa, Ver. Al grito ¡señor, señora, no sea indiferente, matan a mujeres en la cara de la gente! ¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!, a un solo paso, a un solo grito, la unión se sentía, había respeto, unión y fraternidad, miles de mujeres en una solo palabra llamada “empatía”.
Voy a narrar lo que viví y observe; 8 de marzo, eran las 2 de la tarde, salí de mi hogar rumbo al teatro del estado, ahí seria la concentración, nunca había marchado porque no creía, me vestí de color morado, con un moño negro en mi mano, alce mi puño y grite hasta que mis pulmones se quedaron sin aire, hasta que mi garganta se irrito, grite por los acosos sexuales de las chicas universitarias que sufren a diario en el transporte público, por las que les arrancaron su voz, las que subieron a la fuerza en algún automóvil o camioneta, por las niñas que les robaron su inocencia, por las quemadas con ácido, por las que tienen miedo a gritar y pedir justicia, por las madres que buscan a sus hijas.
¡Ya me quitaron el miedo, ya se me acabó la pena! Por las miles de mujeres que a diario sufren violencia familiar, por aquellas humilladas donde su agresor las tira al piso, las patea, las golpea, por las que viven sin esperanza, por las víctimas del Síndrome de Indefensión Aprendida, por las victimas de feminicidio, por ellas y por mí, salí a marchar, no callare más, porque “La Revolución de las Mujeres Comenzó”. Soy mujer, soy mexicana, soy madre., Soy Margarita. ¡Ni una más!, ¡tocan a una, tocan a todas! ¡Por mi amiga Minerva! ¡Abril, María Elena, Fátima, Ingrid, Mara Escalante!
Antes de las 3 pm. Se empezaron a escuchar tambores al grito de ¡alerta, alerta, alerta que camina la lucha feminista por américa latina!, ¡y tiemblen y tiemblen y tiemblen los machistas que américa latina será toda feminista! mire a mi alrededor cientos de mujeres, niñas, ancianas, con flores, veladoras, fotografías, pancartas, algunas cubiertas de sus rostros con pañuelos morados, verdes y negros.
Mi corazón latía fuerte, la adrenalina estaba en todo en ambiente, mire alrededor mientras les decía a mis compañeras, no debemos caer en provocaciones, nosotras marcharemos pacíficamente, en punto de las tres de la tarde con quince minutos se escuchó un silbato iniciaba la marcha, estaba organizado de la siguiente manera. Primer Contingente; madres e infantas, Segundo Contingente; madres y familiares de desaparecidos y victimas de feminicidio, Tercer Contingente; batucada, radicales y separatista, Cuarto Contingente; Instituciones.
Su servidora iba en el primer contingente, atrás de nosotras familiares de las víctimas de feminicidio y desaparecidos, el llanto, el dolor se sentía, me acerque a algunas mujeres que gritaban ¡justicia! y el nombre de sus hijas, les di la mano para ayudarles a caminar, su dolor y desesperación estaba en todo ese contingente, sus lágrimas dejaban un manto de sal por las calles.
Todo fluía de manera tranquila, paramos en el monumento a la madre, hubo un minuto de silencio para las víctimas de feminicidio, antes de llegar al viaducto, en las jardinera del pequeño camellón, estaba un hombre con su perro de raza Pitbull con actitud amenazante, comenzó a gritarnos, ¡golfas, violadoras, huevonas, putas, mil veces putas! Nos miramos, y en voz baja comentamos, no debemos caer en provocaciones, ¡debemos estar alertas! a un grito se empezó a correar; “alerta, alerta, alerta que camina la lucha feminista por américa latina y tiemblen y tiemblen los machistas que américa latina será toda feminista”
Más adelante por la iglesia del Beaterio, estaba un señor con dos palos, vestía pantalón de mezclilla, tenía un chaleco, un pañuelo azul en el cuello, puño derecho y en su hombro izquierdo, tés morena, usaba lentes aproximadamente entre 55 a 60 años de edad, muy enojado, caminaba unos pasos y se regresaba, mientras presionaba fuertemente los palos, una joven expreso, ¡ese señor me da miedo! Estaba nerviosa, me puse alerta, ¡lista para desarmarlo! en ese momento no pasó nada, estábamos por llegar a plaza lerdo, llenas de energía continuamos la marcha, llegamos a plaza Lerdo ahí pusieron las pancartas, veladoras un pequeño altar con nombres y fotografías de las víctimas de feminicidio y mujeres desaparecidas, nos retiramos al nuestros hogares cientos de mujeres se quedaron, coreando las consignas, ¡tranquila hermana aquí está tu manada! ¡Mujer escucha esta es tu lucha! ¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más! al llegar a nuestro hogar por redes nos enteramos el suceso del señor provocador, en la iglesia del Beaterio, muy lamentable.
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