Quién jalará a quién

* Prosa aprisa –

/ Arturo Reyes Isidoro /

(En su calidad de consejero nacional de Morena, al gobernador Cuitláhuac García Jiménez se le vio ayer cerca de Claudia Sheinbaum en un desayuno en la Ciudad de México previo a la sesión ordinaria en la que fue oficialmente proclamada como candidata de ese partido a la presidencia de la república. Según la versión de él, ya lo invitó a integrarse a su gobierno, si gana.)

A partir de este lunes inician en el estado las precampañas de los aspirantes a obtener la candidatura de sus partidos a diputados locales.

Una buena cantidad de ellos ya lo son en la actualidad, pero aspiran a que el electorado los reelija.

En lo que mi memoria me ayuda, no recuerdo que la mayoría haya hecho algo verdaderamente extraordinario para merecer de nuevo la confianza ciudadana.

En especial los de Morena, que son la mayoría, no tienen ningún mérito, pero los guía al interés de seguir viviendo y enriqueciéndose a costa del erario.

En 2018 los guinda irrumpieron en el escenario político estatal. Salvo en sus casas, nadie los conocía, pero los arrastró al triunfo el llamado efecto López Obrador.

Esa elección se dio en un escenario inédito que, en mi caso, no creo que se volverá a repetir, aunque muchos morenistas creen que sí y por ello se muestran confiados si no es que hasta soberbios.

Hace seis años, bien se puede afirmar que los mexicanos fuimos a votar a ciegas urgidos como estábamos de un cambio por el hartazgo de los gobiernos del PRI.

Aparte López Obrador, no nos preocupamos por investigar quiénes eran los que pretendían llegar al poder con el tabasqueño, si tenían los méritos suficientes y por lo tanto si merecían la confianza ciudadana.

Se le dio un cheque en blanco a Andrés Manuel, que arrolló en aquellas elecciones y con él arrastró a una verdadera legión, muchos de ellos hasta iletrados, quienes hoy se han enquistado en el poder.

Muchos votamos a ciegas por ellos porque aquellos que decían que no eran iguales y que eran la esperanza de México nos despertaron la esperanza de que con ellos llegaría el cambio tanto tiempo esperado.

Hoy las condiciones no solo no pintan sino que son completamente diferentes: ya los conocimos y ya los conocemos: son iguales de corruptos, de mafiosos, de mentirosos, de faltos de transparencia, de ineficaces, de represores, y un largo etcétera.

Ya veremos a quiénes seleccionan los partidos, en especial el partido en el poder por la permanencia, la continuidad y el continuismo que pretende.

Los morenistas presumen que esta vez López Obrador los acompañará de nuevo y que él los llevará al triunfo; están atenidos a él y solo a él.

Es cierto, Andrés Manuel no estará en las boletas, pero sí en la mente de quienes reciben un apoyo en efectivo y por ningún motivo están dispuestos a perderlo.

Pero no son todos. Es más que evidente que no solo hay una gran división entre los mexicanos sino también mucha inconformidad e incluso mucha decepción con el llamado gobierno de la 4T.

En política bien se sabe que nunca una elección se parece a otra por las condiciones cambiantes como las de la vida misma.

Habrá impacto, sin duda, de la política de los programas sociales, pero aquel efecto de hace seis años ahora puede convertirse en defecto. No se ve ahora cómo AMLO va a arrastrar al triunfo a muchos que han resultado unos verdaderos parásitos, unas ladillas del presupuesto público.

Cuitláhuac García Jiménez fue uno de los beneficiarios de aquel efecto obradorista, pero no ha estado a la altura de la responsabilidad que se le confirió y será un gran peso, un verdadero lastre a la hora en que el ciudadano vaya a votar.

Hoy a Morena se le presenta un escenario nada fácil: llevan a una candidata con un gran defecto: no es veracruzana, pero tampoco se le ve el arrastre de su mentor político hace seis años.

En la normalidad, el candidato presidencial o el candidato a gobernador son el gran imán, los que llevan al triunfo a su partido y con ello jalan a la victoria a los candidatos menores, de senadores para abajo.

Se entendería entonces que serán los candidatos a diputados locales los que empujarán ahora, todos, hacia arriba a su candidata a gobernadora; o sea, ellos tienen la obligación de allegarle votos.

Habremos de ver si Morena tiene con quiénes. Los que pretenden que son ellos iniciarán precampaña este lunes. Si se equivocan, en el pecado llevarán la penitencia.

Cumple el OPLE

El Organismo Público Local Electoral envió una muy buena señal al electorado al ordenar al gobernador Cuitláhuac García Jiménez que elimine de sus redes sociales un video que grabó en la Casa de Gobierno promoviendo la imagen y el triunfo de Rocío Nahle.

La filmación se hizo en noviembre pasado. Silvio Lagos Galindo, representante del PRI ante el organismo hizo la denuncia por la violación a la ley electoral y la Comisión Permanente de Quejas y Denuncias del OPLE consideró procedente la medida cautelar contra el gobernador, porque vulneró los principios de imparcialidad y equidad de la contienda electoral.

De haber lugar a imponer sanciones, esta medida corresponderá al Tribunal Electoral de Veracruz o al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

En la antevíspera de que inicien las campañas de los partidos a la gubernatura, el proceder del organismo que preside Marisol Delgadillo Morales deja un buen sabor de boca.

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