*La Corte .
/ Azul Etcheverry /
Mucho se ha hablado del conflicto entre Israel y Palestina, en las últimas semanas los ojos del mundo se han plantado sobre lo que está sucediendo en esta región, el enfrentamiento y sus consecuencias han servido para unir las voces, tanto de diferentes países como también entre ellos y otros actores del sistema internacional para poner fin a la violencia, para repensar el mundo como lo conocemos y obligar a respetar las reglas del juego a quienes quieren pasar por encima de ellas.
Aunque geográficamente nuestro país está alejado del conflicto, lo cierto es que estos sucesos han sido un buen escenario para analizar la postura mexicana y pueden ayudarnos a entender algunos conceptos interesantes sobre el reconocimiento entre los países y por qué es relevante el tema respecto a Palestina.
El reconocimiento de un país a otro se refiere a la demostración y aprobación de una sociedad humana políticamente organizada dentro de determinado territorio. Este reconocimiento puede darse de manera explícita o implícita, la primera se refiere a una declaración gubernamental oficial recíproca y la segunda a actos de los que se pudiera suponer una aceptación, por ejemplo, apoyando o facilitando el ingreso a organismos internacionales.
México ha reconocido de manera implícita a Palestina. ¿Por qué lo ha hecho así? La política exterior mexicana siempre se ha caracterizado por ser pragmática, sí con principios muy claros, pero también muy apegada a la realidad y siempre muy manejada de manera muy inteligente para saber elegir, en situaciones críticas como esta, el “mal menor”. En otras palabras, México ha decidido, por ejemplo, apoyar resoluciones dentro de la ONU para reconocer a Palestina como miembro observador, pero sin dar un reconocimiento expreso al Estado directamente.
Esta postura ha sido astuta, en el sentido de que se ha ganado el agradecimiento de Palestina, al tiempo que evita un costoso distanciamiento de Israel. En palabras simples, México, además de mantenerse congruente con su tradición de política exterior, mantiene en equilibrio una situación bastante espinosa que, de desviarse apenas de un lado u otro, podría traer consecuencias catastróficas y distanciamiento de aliados en un bando u otro.
En estos tiempos, es importante conocer y adentrarse en estos conceptos, pues la información en la red es mucha y las posturas radicales o extremas no son siempre las más acertadas. Para quienes piden un reconocimiento explícito por parte de México no sólo ignoran lo complejo de la situación, sino también las consecuencias que esto podría traer, además de que, como ya se ha expuesto líneas arriba, nuestros diplomáticos han hecho un gran trabajo para apoyar a Palestina desde otros frentes.
Hay que reconocer que el conflicto es mucho más complejo de lo que parece y el trabajo de la diplomacia mexicana para mantener las cosas en equilibrio y evitar costos graves. Esta reflexión también nos invita a pensar que el mundo moderno está muy interconectado, que por lejos que puedan parecer los sucesos geográficamente pueden tener impacto en nuestro día a día.
