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Orizaba, Veracruz 26 abril 2021.- Las displasias cervicales originadas por diversas infecciones, principalmente por la presencia del virus papiloma humano, al paso de los años provocan lesiones precursoras del cáncer, por lo que es importante identificarlas y atenderlas oportunamente, dado que son curables. El tamizaje que se obtiene a través del papanicolau, constituye un efectivo aliado para ello.
La ginecóloga adscrita a la clínica de displasias del Hospital General Regional (HGR) en Orizaba del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) explicó que las displasias son anormalidades en las células del revestimiento del cuello de la matriz, que pueden ser de bajo y alto grado, en este último puede haber carcinoma insitu es decir cáncer en sus inicios.
Enfatizó en la importancia del papanicolau a partir de los 25 años de edad, que es un sencillo examen mediante el cual se toman muestras del tejido del cuello del útero, que se analiza a nivel laboratorio para determinar la presencia o no de lesiones o células malignas y con base en los resultados, iniciar a la brevedad el tratamiento.
“El papanicolau, constituye la mejor prevención, toda mujer debe realizarse una vez al año este examen, si los resultados no arrojan alguna anomalía, los servicios de medicina preventiva sugieren someterse nuevamente a este, a los dos años, desde luego antes si hay presencia sin causa de sangrado, dolor o lesiones al exterior de los órganos genitales”, aseguró.
Añadió que factores como el inicio dela vida sexual a temprana, edad, mantener relaciones sexuales sin protección, múltiples parejas, desnutrición, tabaquismo, sistema inmunológico comprometido, entre otros, son riesgos para el desarrollo de esta enfermedad, por lo que se recomienda prevenirlos a través de prácticas de vida saludables.
Indicó que hay lesiones que son evidentes al exterior de los órganos genitales como la presencia de condilomas conocidas como verrugas, que es necesario atender para erradicar la infección que las provoca.
Añadió que las afectaciones internas y que no son evidentes son las de mayor riesgo, porque generalmente manifiestan síntomas cuando ya se encuentran avanzadas. “Pueden pasar años para presentar dolor, ardor, sangrados y otras molestias, de ahí la insistencia del papanicolau” reiteró.
Explicó, que para confirmar los diagnósticos de sospecha que se obtienen a través del papanicolau, en la clínica de displasias se realizan otros estudios como la colposcopia que permite ver el cuello del útero y la matriz con mayor amplitud, para la búsqueda de lesiones y en su caso, se toma una biopsa.
Aseguró la ginecóloga del IMSS que las displasias son curables y respecto de los tratamientos dependerá de grado y extensión de las lesiones y se toma en cuenta también la edad reproductiva de la mujer, su umbral de dolor y otras condiciones, para proceder desde el uso de cremas especiales, medicamentos, la electrofulguración o la histerectomía.
“Cuando la biopsia muestra células malignas, la paciente es canalizada al servicio de oncología”, apuntó finalmente.