*Cifras oficiales se quedan cortas ante el horror.
29.10.2025 Brasil.- En una de las jornadas más violentas de su historia reciente, el martes 28 de octubre en Río de Janeiro se activó un megaoperativo policial contra el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil, dejando un saldo -según lo oficial- de 64 muertos. Sin embargo, cifras extraoficiales y reportes de organizaciones locales apuntan a que el número real de víctimas supera los 150, en medio de un despliegue militar que convirtió las favelas en zonas de guerra.
La operación, considerada la más grande en décadas, movilizó a más de 2,500 elementos de la Policía Militar, la Policía Civil y fuerzas especiales del Ejército. El objetivo era ejecutar más de cien órdenes de aprehensión contra integrantes del Comando Vermelho, que controla territorios clave en el Complexo do Alemão y Penha, dos de las favelas más densamente pobladas de la ciudad. Foto Captura de pantalla Agencias
Desde las primeras horas del martes, helicópteros sobrevolaron las zonas mientras vehículos blindados irrumpían en los callejones. Los enfrentamientos fueron inmediatos. Los agentes fueron recibidos con ráfagas de ametralladora y drones cargados con explosivos, según confirmaron fuentes oficiales. Las imágenes que circularon en redes sociales mostraban columnas de humo, incendios y cuerpos tendidos en las calles.
El gobernador del estado de Río, Claudio Castro, declaró que 64 sospechosos fueron “neutralizados” y 81 personas detenidas. También se incautaron más de 90 rifles, armas largas y media tonelada de drogas. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y medios locales han cuestionado la cifra oficial. Testimonios de residentes, imágenes satelitales y reportes independientes indican que el número de cadáveres hallados en las zonas intervenidas supera los 150.
El traslado de otros cuerpos a la plaza principal y la incertidumbre sobre la cifra real de víctimas
La escena fue desgarradora. vecinos, muchos de ellos familiares y amigos de las víctimas, bajaron los cuerpos desde la zona de la Serra da Misericórdia, donde se concentraron los enfrentamientos más violentos entre las fuerzas de seguridad y bandas narco. Según contaron, aún quedarían más muertos en lo alto de la favela.
En diálogo con el sitio g1, el activista Raúl Santiago, uno de los que colaboró en el traslado, describió el horror: “En 36 años de favela, pasando por varias operaciones y masacres, nunca vi nada parecido. Es algo nuevo. Brutal y violento en un nivel desconocido”.
El objetivo de los vecinos fue facilitar el reconocimiento de los cuerpos por parte de los familiares.
La Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Río ha exigido una investigación independiente. “No se trata solo de cifras. Hay indicios de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y uso desproporcionado de la fuerza”, señaló en un comunicado. En varias favelas, vecinos reportan que los cuerpos permanecieron horas sin ser retirados, mientras las ambulancias no lograban ingresar por los bloqueos militares.
El Comando Vermelho, fundado en la década de 1970 en el sistema penitenciario de Río, ha evolucionado en una red de narcotráfico con presencia en múltiples estados brasileños. Su control territorial en las favelas se basa en una combinación de coerción armada y redes de protección social informal. La operación del martes buscaba desarticular su núcleo operativo en la capital carioca, pero ha dejado una estela de muerte que aún no se termina de cuantificar.
Mientras tanto, en Río de Janeiro las escuelas en las zonas afectadas permanecen cerradas, el transporte público opera con restricciones y cientos de familias han sido desplazadas. La ciudad, acostumbrada a convivir con la violencia estructural, enfrenta ahora una nueva herida que pone en entredicho la eficacia y el costo humano de los operativos de seguridad.












