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/ Eduardo Sadot/
La reforma a la ley de Amparo ha provocado polémica, pero tristemente no ha pasado de ahí, contrariamente a enriquecer el criterio y las iniciativas para corregirlas o dar marcha atrás, simplemente se confirma la vocación intolerante y tiránica de personajes impresentables de la 4T (Tiranía).
Es evidente que la iniciativa de reforma judicial y ahora la ley de amparo, son obra de un exministro servilmente embizcado, que cínicamente se ha contradicho a lo escrito en su tesis de licenciatura.
Pero también hubo una caso donde una legisladora luego de cambiar su postura, después de haber argumentado en comisiones sobre la Ley de Amparo la exministra Olga Sánchez Cordero, confundió hasta a profesores de la Facultad de Derecho – no necesariamente todos son expertos en derecho legislativo – que también creyeron que después de haber hecho declaraciones acertadas sobre la inconveniencia de las reformas a la ley de Amparo y haber votado en contra en comisiones, al llegar al pleno votaría también en contra, pero no fue así, porque su voto fue a favor en el pleno. La pregunta queda en el aire, si en realidad la “convencieron” para que votara a favor o en realidad tendría decidido otorgar su voto a favor desde el principio y simplemente quiso dejar constancia de su inconformidad en comisiones y darle difusión a su postura, pero en los hechos en el pleno, su voto fue en bloque con su bancada, la de MORENA, ese acertijo queda para la historia.
Muchos juristas como ella, dejarán en documentos el resultado de su definición ideológica, avalando las barbaridades jurídicas aberrantes que ha consumado – y seguirá consumando – este gobierno.
Me pregunto, que irá a suceder si el próximo periodo legislativo morena pierde la mayoría en la cámara y quienes lleguen corrijan las reformas y se recupere la cordura jurídica. Se dirá en defensa de la ignorancia de los miembros de la actual legislatura, podría argumentarse con las palabras de cristo en la cruz, “perdónalos señor porque no saben lo que hacen” nada más que los niños juegan a matar lagartijas, pero las lagartijas se mueren de a deveras.
El primer botón de muestra sería, que una persona se ampare, significa que en condiciones iguales el amparo protege en el mismo sentido a quienes sin haber solicitado amparo, y reunir las mismas condiciones, la ley ampara y protege a todos, que quedan también protegidos por virtud del amparo concedido. Con la reforma al amparo, cada persona que encuentre sus intereses afectados por una ley o decisión de una autoridad judicial, tendrán que solicitar también un amparo, ello va en contra de la economía de las personas, pues tendrían que recurrir también a un perito en derecho a quien tendrían que pagarles honorarios para también estar protegidos en virtud del amparo solicitado.
De donde se colige que en esa condición se desprotege a los que menos tienen, pues se entiende que tampoco tendrían recursos para pagar los gastos de un amparo para protegerse. En esas condiciones nos preguntamos donde quedó el lema de “primero los pobres”. O acaso en materia de amparo y en materia jurídica la frase no opera.
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