REMA rechazó impulso gubernamental a la minería en México.

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Ciudad de México | Desinformémonos. La Red Mexicana de Afectadas y Afectados por la Minería (REMA) rechazó el 10 de diciembre las declaraciones del secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, y de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, emitidas durante la XXXVI Convención Internacional de Minería 2025 en Acapulco, donde promovieron la reanudación de la exploración a mayor escala, la aceleración de permisos y la minería como motor económico, sin considerar los impactos socioambientales que enfrentan comunidades en distintos territorios.

La REMA señaló que los anuncios sobre inversión, competitividad y seguridad de cadenas de suministro responden a presiones de empresas canadienses especializadas en exploración, responsables de más del 80 por ciento de esta fase en México, y que se amparan en el concepto de “minería sustentable”, al que calificó como un oxímoron. La organización recordó que la actividad minera provoca desplazamiento forzado, daños a la salud por tóxicos y contaminación de tierra y agua, y destacó los casos de defensores asesinados, así como el abandono de responsabilidades ambientales por parte de empresas como Equinox Gold en Carrizalillo, Guerrero.

La red advirtió que las promesas de “acortar tiempos” y “acelerar permisos” implican desregulación ambiental y riesgos de despojo en territorios indígenas y campesinos, además de un aumento en la devastación ecológica y la contaminación de mantos acuíferos en un contexto de vigilancia insuficiente. Añadió que el discurso oficial sobre “minerales críticos” para la transición energética y digital se utiliza para justificar la expansión extractiva ligada a la electromovilidad, la producción de chips y el fortalecimiento militar a escala global, lo que profundiza la apropiación corporativa de tierras y aguas y el desplazamiento de comunidades.

La REMA afirmó que los territorios campesinos e indígenas no son depósitos de recursos para garantizar la seguridad de cadenas de suministro, sino espacios de vida que las comunidades defienden frente a una visión colonialista y capitalista. Llamó a pueblos, organizaciones y colectividades a fortalecer sus procesos de defensa territorial y a rechazar el uso de conceptos como “minería sustentable” o “transición energética” para legitimar un modelo extractivo que agrava la crisis climática, la desigualdad, la militarización y la violencia. Concluyó que los territorios no están en venta “ni hoy ni nunca”.

A continuación el comunicado completo:

La Red Mexicana de Afectadas y Afectados por la Minería (REMA) manifestamos nuestro total rechazo a las declaraciones del secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, y de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, realizadas durante la XXXVI Convención Internacional de Minería 2025 en Acapulco, Guerrero a finales de noviembre.

Foto: Carlos Carbajal. Tomada de Sur Acapulco

En dicho foro, Ebrard anunció que el gobierno federal está “muy comprometido para que en 2026 se reanude “la exploración a mayor escala” en México, y para tomar “otras medidas para acelerar permisos que tenemos pendientes, acortar tiempos y facilitar la inversión”. Al mismo tiempo afirmó que, ante la tensión geopolítica global, “el acceso a los minerales y a su procesamiento va a determinar la competitividad y la seguridad de la cadena de suministro”.

Por su parte, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, insistió en que la minería es motor de “desarrollo económico”“generación de empleo” destacando que la minería representa “casi 3 por ciento del PIB nacional y … más de 10 mil empleos directos e indirectos”en el estado, y que fortalece la competitividad de México en los mercados globales. Los pronunciamientos de estos funcionarios seguramente fueron bien recibidos por las empresas mineras canadienses que han estado haciendo lobby ante el muy atrasado reglamento minero y que se especializan en la exploración minera, responsable por más de 80% de la minería en esta fase en el país. Por otro lado, repite el oxímoron de la “minería sustentable” que recientemente apareció en el Plan de Acción Canadá-México 2025-2028 anunciado en septiembre con la visita del Primer Ministro de Canadá Mark Carney a México, mientras promete fomentar más despojo y devastación ambiental “a mayor escala”.

Los números que representan territorios devastados y violencia creciente: Hablar únicamente de “3% del PIB” o de “10 mil empleos directos e indirectos” en Guerrero sin mencionar los impactos socioambientales ejemplificados en comunidades como Carrizalillo, como el desplazamiento forzado, los daños a la salud provocados por los tóxicos y la contaminación a tierra, agua y suelo con metales pesados, así como las y los defensores asesinados y desaparecidos; es una forma de maquillar la devastación para continuar convirtiendo a las comunidades en zonas de sacrificio.

Minerísostenible es un oxímoron y greenwashing: El secretarioEbrard y la gobernadora de Guerrero retoman el discurso de la minería “sustentable” y “responsable”, haciendo eco de sus contrapartes canadienses, pero por depender de la extracción de un bien común no renovable la minería jamás puede ser sostenible. Además, tal como podemos ver por las experiencias con la minería desde Sonora a Chiapas, es una actividad incompatible con la protección de los ecosistemas, el agua y la vida comunitaria, conllevando las presas de jales, el uso intensivo de agua y energía, la deforestación y la generación de cantidades tremendas de desechos que contaminan el ambiente con metales pesados y sustancias tóxicas a perpetuidad. Tampoco hay responsabilidad cuando se viola el derecho a la autodeterminación, de los pueblos indígenas y los núcleos agrarios que dicen no a la minería; o se presiona con violencia o coacciona a los pueblos para aceptar un proyecto minero; se niega el derecho a la información y se aceleran permisos ambientales, tampoco cuando las empresas  cierran operaciones con total impunidad sin remediar daños ni reparar a las comunidades afectadas, como es el caso de la empresa canadiense Equinox Gold y su mina “Los Filos” en la comunidad de Carrizalillo, Municipio de Eduardo Neri en el Estado de Guerrero.

Acelerar permisos es acelerar el despojoCuando el secretario Ebrard promete “acortar tiempos” y “acelerar permisos”, lo que se está anunciando es la intención de desregulación ambiental y abrir la puerta a la desposesión de los territorios de comunidades indígenas y campesinas, lo que provocaría desplazamiento forzado y mayor pobreza. Así como acelerar la devastación ambiental, la contaminación de aguas superficiales y mantos acuíferos cuando este país ya está sufriendo con la mínima regulación y vigilancia de las operaciones mineras.

La Transición Digital y Energética capitalista es más extractivismoLas declaraciones del secretario de Economía se montan en el argumento corporativo promovido en el marco de la crisis climática para justificar la expansión minera en nombre de los “minerales críticos” para la electromovilidad y la fabricación de chips, y que también está impulsado por la transición digital, la promoción acrítica de la inteligencia artificial y un aumento dramático del militarismo a nivel global. La reproducción de este discurso perpetúa la apropiación corporativa de tierras y aguas, su contaminación y militarización, el desplazamiento de comunidades, especialmente pueblos indígenas y del Sur Global, y la dependencia de economías sobre mercados internacionales para servir el consumismo, especialmente en los centros de poder del Norte Global, y al costo de otras visiones del buen vivir.

Frente al intento de posicionar a México como competidor en esta carrera de muerte, reafirmamos que los territorios campesinos e indígenas no son depósitos de minerales ni reservas estratégicas para la “seguridad de la cadena de suministro”, tal como se percibe desde una mirada colonialista y capitalista, sino espacios de vida y futuro que se defienden.

La REMA hacemos un llamado a los pueblos, organizaciones y colectividades en todo el país a reafirmar sus procesos de defensa territorial, tal como se ha hecho desde hace años en la Montaña y Costa Chica de Guerrero, y a rechazar el uso del discurso de la transición energética corporativa y la transición digital, y de la “minería sustentable” o “responsable” para legitimar un modelo extractivo que solo profundiza las crisis climática y ecológica, la desigualdad, la militarización y la violencia.

Nuestros territorios no están en venta, ni hoy ni nunca.

Red Mexicana de Afectadas/Afectados por la Minería (REMA)