Renovarse, no maquillarse

-Acta Pública-

-Claudia Rodríguez-

Mientras al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se da una batalla no muy justa –pues se notan los dados cargados hacia un contendiente— para la elección del presidente nacional y secretario general del instituto político a efectuarse el domingo 11 de agosto a través de consulta directa a sus militantes; en la verdadera arena de la política nacional, los priistas están casi nulificados, de no ser por los pocos sobrevivientes en activo en este sexenio, que además cargan el estigma de la gran corrupción casi orquestada desde el Ejecutivo Federal del sexenio anterior, que lleva el sello de Peña Nieto.

El Revolucionario Institucional, otrora partido de las masas, de los obreros, campesinos, ferrocarrileros, burócratas y maestros; hoy es apenas un arrinconado en el ring de la política que pretende regresar a seguir haciendo lo suyo, lo que sabe a la perfección; robar a México y a los mexicanos.

Si acaso Ivonne Ortega contendiente a la dirigencia nacional de su partido, entiende que hay que renovarse, que hay que voltear a ver verdaderamente a sus militantes y tomarlos en cuenta no sólo en la elección del partido, sino en sus decisiones y olvidarse de las estrategias cupulares; en tanto, el señor Moreno está esperando su turno para hacer una oposición rabiosa y grosera, justo con la misma fórmula con la que de inicio se enfrentó el excandidato José Antonio Meade Kuribreña, en las pasadas elecciones al ahora presidente Andrés Manuel López Obrador y al panista del que pocos se acuerdan hoy, Ricardo Anaya Cortés.

Los que enseñan sus cartas

No sólo desde dentro del PRI, se busca sacar a AMLO y a la izquierda representada en el todavía Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena), de la Presidencia; también quienes creen tener aún asientos de primera fila –y quizá logradas por las transacciones y contubernios de índole privado para amasar fortunas cuantiosas a expensas del dinero de los mexicanos–, siguen mostrando sus ansias de llegar al poder.

Para nada es temprano. En la política hay tiempos para todo, y como se ha visto en los últimos sexenios, una figura presidencial debe empezarse a construir desde mucho tiempo antes; la idea es permear en el ámbito mediático y estar visible en todo momento, ganar la batalla de la imagen entre los correligionarios y construir una historia casi de serie de televisión.

De la cita anterior, es el caso de José Antonio Meade y de Enrique de la Madrid. El primero ya empieza a hacer sus pininos en una veta que carcome al propio planeta, y que por la vulnerabilidad del país desde muchas vertientes –humanas y naturales— pone a México en un riesgo severo no sólo ambiental, sino también alimentario y de salud. Tomó para ello la alternativa de promocionarse en el aniversario de las cuatro décadas del programa “Odisea Burbujas”, con el personaje Pistachón Zigzag; al que Meade nombró: “Pionero de la educación ecológica”. No faltó la selfie de ambos. Tampoco hay que olvidar que el proyecto del excandidato priista en temas ambientales fue el más detallado y hasta razonable. ¿Meade el Al Gore a la mexicana?

En tanto, Enrique de la Madrid, deja atrás al turismo que tanto defendió como punta de lanza para el desarrollo de México, y se mete de lleno a temas de economía nacional y doméstica con cápsulas que tienen como fin, permear a las redes sociales –“las benditas redes sociales”.

Antes que vencer a AMLO, tienen que lavarse las manos

No obstante, el monstruo de las mil cabezas de la corrupción con la que los enseñorea el mismo AMLO, su objetivo a vencer; descalifica por ahora cualquier propuesta priista por seria o cómica que sea. Deben ser mínimos los engañados que vuelvan a confiar en el PRI de los eternos casi 90 años en el poder con abusos que nos empobrecieron a casi el mismo porcentaje de mexicanos: unos sin oportunidades, otros con más deudas y miedo que esperanzas.

El PRI debe entender que, para regresar a manejar el presupuesto de la Nación, no puede sólo presentarse con nuevas caras y estrategias. Simplemente es el mismo ADN el que recorre por sus venas.
Se requiere de una oposición fresca, respetuosa y comprometida… si acaso.

Acta Divina… Morena es un ave de paso: nació ayer, gobierna hoy y mañana se irá, señala Alejandro Moreno Cárdenas.

Para advertir… Si Alejandro Moreno es el hombre de Peña Nieto, hay que empezar a hacer más restas que sumas.

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