TRAS LA PUERTA DEL PODER
/ Roberto Vizcaíno /
Algunos de ellos llegaron “con la espada desenvainada” y sin más le exigieron a Alejandro Moreno renunciar a la presidencia del CEN del PRI.
Como se había previsto al encuentro de las 10 de la mañana llegaron puntuales los exdirigentes del tricolor: Claudia Ruiz Massieu, Carolina Monroy, Beatriz Paredes, Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones, César Camacho, Pedro Joaquín, Humberto Roque, José Antonio González, Jorge de la Vega Domínguez y Roberto Madrazo.
Igual estuvieron el exsecretario de Gobernación de Enrique Peña Nieto, el exgobernador hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, hoy muy gris y mudo coordinador de los senadores del tricolor; Rubén Moreira, exgobernador de Coahuila y coordinador de los 7’0 diputados federales del PRI.
Al centro de la enorme mesa del salón Presidentes del CEN del PRI Alejandro Moreno, a quien los medios informativos prefiguraron en un patíbulo sumario.
A partir de ese momento todos ellos hablaron y hablaron y hablaron y “Alito” los escuchó sin mover una ceja y si interrumpir ningún alegato.
Cinco horas transcurrieron en ese repetitivo ejercicio de degradación partidaria (“tenemos dos años sin ganar una”, “tienes pésima reputación”, “no podemos seguir así”, debes considerar hacerte a un lado, etc, etc)..
Agotadas las exposiciones el dirigente partidario tomó el micrófono y de entrada les agradeció haberse presentado por primera vez en su partido desde que él llegó, y les reconoció su decisión de expresar sus opiniones en un momento en que él está bajo el peor embate del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y asumiendo que gran parte de lo que el mandatario le atribuye es cierto.
Sin discutir las obviedades, les recordó que a él no lo colocó frente al PRI ningún presidente de la República, como a varios de ellos sí lo hicieron.
Y les pidió reconocer que este despiadado ataque de medios y de amagos judiciales en su contra obedece al hecho de bajo su dirigencia el PRI no sólo ha logrado obtener en las elecciones de 2021 y las de 2022 votos y porcentajes que lo ubican en un 18 por ciento del total de los sufragios, lo cual con el 18 por ciento logrado por el PAN y el 5 por ciento del PRD los hace, juntos, con un 40 / 41 por ciento de votos frente a los 36 por ciento alcanzado por Morena que junto a los votos del Verde y PT suman los 46 por ciento del total.
Es decir, ambos bloques están en empate técnico. Y eso significa que “hay tiro”.
Eso, les dijo “Alito”, significa que la Alianza Va por México puede ganar no sólo las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México en 2023 sino la Presidencia de la República en 2024.
Ni decir que esta Alianza se hace sumamente competitiva frente a las elecciones en 2024 de 500 diputaciones federales, 128 Senadurías, 9 gubernaturas y 16 alcaldías en la CDMX así como 30 congresos estatales y unos 1,500 alcaldías en el país.
De ahí, les indicó, que la campaña de desprestigio en su contra, con amenazas de muerte y cárcel de por medo en su contra, sea brutal.
Por ello les pidió no entrar en el juego de Andrés Manuel López Obrador y sumarse a la unidad dentro del PRI.
Por lo demás les indicó que cómo no, que reflexionaría lo de su renuncia o renovación de la dirigencia del PRI que por lo demás es ociosa, porque él concluye los 4 años de su período en agosto de 2023.
Y entonces estará ya libre la disputa por la nueva presidencia del PRI.
Nada de supo después de los expresidentes, pues ninguno de ellos hizo siquiera el amago de responder nada a los medios. Así como llegaron, se fueron.
Conclusión: Alejandro Moreno se queda al frente del PRI y dentro de la Alianza opositora. Hasta concluir con su mandato.