*”Se esperaba que las mujeres de todo el mundo nos comprendieran y apoyaran, como en otros conflictos. Sentir que nos daban la espalda fue doloroso”: víctimas.
Israel 10.07.2025.- Un nuevo informe, que proporciona el primer marco legal para procesar a terroristas de Hamás por el uso de la violencia sexual como arma de guerra durante las masacres del 7 de octubre de 2023, fue presentado a la Primera Dama Mijal Herzog en la Residencia del Presidente en Jerusalén, informó The Times of Israel.
El informe del Proyecto Dina confirma que Hamás utilizó sistemáticamente la violación y la violencia sexual durante las masacres como parte de una campaña más amplia de terror, humillación colectiva y deshumanización de la sociedad israelí.
El informe titulado “En busca de la justicia: 7 de octubre y más allá”, ofrece un marco legal basado en el derecho internacional para identificar y buscar justicia por el uso de la violencia sexual como arma de guerra, lo cual constituye un crimen de lesa humanidad.
En la reunión del martes, compuesta principalmente por mujeres, se encontraba la mexicana Ilana Gritzewsky, de 31 años, quien ha denunciado públicamente que fue agredida sexualmente por sus captores en Gaza.
Gritzewsky relató su secuestro el 7 de octubre de su casa en el Kibutz Nir Oz, donde vivía con su pareja, Matán Zangauker, quien también fue secuestrado y continúa en cautiverio.
“Recuerdo que me golpearon y grité, y luego se hizo de noche. Cuando desperté, estaba semidesnuda rodeada de terroristas”, declaró en la reunión.
“Me golpearon. Pasé un infierno. Me rompieron los huesos, pero eso no se compara con el dolor psicológico que sufrí. Nadie debe pasar por lo que pasé”, dijo.
Gritzewsky fue liberada tras 55 días en cautiverio, durante el primer acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás en noviembre de 2023. Ella y la madre de Matán, Einav Zangauker, son figuras centrales de las protestas que piden un acuerdo de alto al fuego para la liberación de los rehenes restantes.
“Casi dos años después, hay quienes todavía se preguntan si esto realmente ocurrió. Estoy aquí para decirles que sí ocurrió y que sigue ocurriendo. Mi Matán sigue allí. No sé qué le están haciendo, pero sé lo que me hicieron a mí. Me despierto todos los días con el temor de que él esté pasando por lo que yo pasé”, expresó Gritzewsky.
Y se dirigió al gobierno: “Al primer ministro y al gabinete: no desperdicien esta oportunidad. Firmen un acuerdo y pongan fin a la guerra”.
“Este informe cuenta la verdad tal como es: impactante, dolorosa, pero necesaria. En nombre de todas las personas afectadas, nos comprometemos a continuar la lucha hasta que sus clamores se escuchen en todas partes y se haga justicia”, enfatizó Mijal Herzog.
“Estamos enviando un mensaje universal: la violencia sexual no puede aceptarse como arma de guerra”, declaró, al tiempo que destacó la difícil situación de los 50 rehenes restantes, incluyendo a Inbar Hayman, la única mujer que continúa en cautiverio y se cree que fue asesinada.
“La violencia sexual en situaciones de conflicto es un arma. No es aleatoria, no se dirige solo a individuos ni carece de una intención superior. Es hora de que la comunidad internacional la trate como tal”, afirmó la profesora Ruth Halperin-Kaddari, experta en leyes de la Universidad Bar-Ilan, coautora del informe junto con la jueza jubilada Nava Ben-Or y la coronel (res.) Sharon Zagagi-Pinhas, exfiscal militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El Proyecto Dina, una iniciativa formada tras el 7 de octubre que trabaja para lograr el reconocimiento y la justicia para las sobrevivientes de violencia sexual en zonas de conflicto, recopiló todas las pruebas e informes disponibles sobre la violencia sexual perpetrada por Hamás durante las masacres y posteriormente contra rehenes.
La investigación para el informe enfrentó varios desafíos: escasez de testimonios directos de las víctimas, la destrucción, a menudo involuntaria, de pruebas de los lugares de los crímenes y la dificultad de vincular a perpetradores específicos con crímenes o víctimas específicos en medio de la guerra.
“Los delitos sexuales durante la guerra son, disculpen, un ‘crimen perfecto’”, afirmó Zagagi-Pinhas, y agregó que, en medio de la guerra, “los perpetradores pueden contar con el silencio de sus víctimas, ya sea porque las asesinan, como fue el caso de la mayoría de las víctimas agredidas el 7 de octubre, o de las sobrevivientes. El trauma y la vergüenza inherentes al delito son tan grandes que a menudo no hablan de ello”.
Los actos de violencia sexual fueron perpetrados en el festival de música Nova, la Ruta 232; los kibutzim Reim, Nir Oz y Kfar Aza; y la base militar Nahal Oz.
Zagagi-Pinhas dijo a The Times con sede en Londres que se encontraron patrones: víctimas asesinadas, desnudas y mutiladas, incluso con disparos en los genitales, y atadas a árboles, en varias zonas diferentes.
“El hecho de que ocurrieran los mismos hechos en tres o seis lugares no puede ser una coincidencia, sino una prueba de que esto fue premeditado”, afirmó. “Muchos de los testigos con los que conversamos hablan de víctimas baleadas y que los terroristas seguían violando los cadáveres”.
El informe incluye testimonios de 17 personas que presenciaron o escucharon las masacres, terapeutas que trabajaron con sobrevivientes, una víctima de intento de violación en el festival Nova, decenas de socorristas y 15 rehenes liberados, entre ellos dos hombres. Hasta el momento, solo dos rehenes liberadas han hablado públicamente sobre abusos sexuales durante su cautiverio: Amit Soussana e Ilana Gritzewsky.
The Times cita el informe: “La violencia sexual continuó durante el cautiverio, y muchos rehenes liberados denuncian que fueron obligados a desnudarse a punto de pistola, acoso sexual físico y verbal, agresiones sexuales y amenazas de matrimonio forzado”.
El informe recopiló datos sobre la violencia sexual del 7 de octubre y los agrupó metodológicamente en base a testimonios de sobrevivientes, testigos presenciales, personal de primera respuesta, trabajadores de la base militar Shura (que sirvió como morgue), personal sanitario y terapeutas, así como fotos y videos.
Los autores reconocieron que no es el primer informe que recopila datos sobre el uso de la violencia sexual el 7 de octubre. Investigaciones similares ya fueron realizadas por otros, incluyendo la Oficina del Subsecretario General de la Representante Especial de la ONU sobre la Violencia Sexual en Conflictos, Pramila Patten, en marzo de 2024.
Con base en la doctrina vigente en el derecho internacional e israelí, los autores instan a promover un principio jurídico clave: la imposición de responsabilidad penal colectiva a todos los participantes en el ataque, aunque no hayan cometido personalmente la violación, por saber, haber sabido o haber participado en la facilitación de la violencia sexual durante las masacres.
“Nuestro objetivo es demostrar cómo se puede procesar a los perpetradores y comandantes incluso sin testimonio directo contra cada individuo”, señaló Halperin-Kaddari.
Los próximos pasos incluyen instar al gobierno y al Poder Judicial de Israel a aplicar la doctrina de la responsabilidad colectiva para procesar a los terroristas por delitos sexuales como crímenes de lesa humanidad, e instar al Secretario General de la ONU a añadir a Hamás a la lista negra de organizaciones que utilizan la violencia sexual como arma de guerra, de conformidad con resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad.
Los autores del informe buscan establecer un proceso y un marco jurídico que pueda utilizarse a nivel internacional para procesar los delitos sexuales en situaciones de guerra ante la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya y los organismos de derechos humanos de la ONU.
Finalmente, buscan utilizar su investigación para desarrollar un nuevo protocolo legal a fin de abordar la violencia sexual en conflictos armados, incluyendo normas para la recolección de pruebas, el uso de pruebas indirectas y el reconocimiento del daño a nivel comunitario causado por tales actos.
Varias oradoras destacaron el sentimiento de “traición” del mundo, especialmente de otras mujeres, de quienes esperaban empatía y solidaridad. La negación generalizada de los crímenes sexuales cometidos contra mujeres y hombres israelíes el 7 de octubre y desde entonces fue otra de las motivaciones para elaborar el informe.
“Se esperaba que las mujeres de todo el mundo nos comprendieran y apoyaran, como en otros conflictos. Sentir que nos daban la espalda fue doloroso”, dijo Herzog. “Como mujeres israelíes, debemos gritar por quienes ya no pueden hacerlo y hacer justicia”.
“Este informe es sobre romper el silencio. Es un objeto físico creado por los espíritus, los de las víctimas torturadas y asesinadas, pero también con un espíritu de hermandad”, dijo la moderadora del evento, la periodista Tali Lipkin-Shahak.
Fuente: © EnlaceJudío