* Sí o sí, el hoy ex subsecretario de Seguridad quiere ser el gobernador de Coahuila
* El plagio de tesis de Yasmín no le traerá consecuencias; ¿y el descrédito a la Corte y a la UNAM?
* El Metro no requiere de la Guardia Nacional… ¡Le urge mantenimiento!
¡SALTILLO, TENEMOS UN PROBLEMA!- Para el ahora exsubsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja, definitivamente hubo mano negra al momento de elegir al candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura de Coahuila. En su tono de voz y en su lenguaje corporal se perciben la decepción y la molestia de quienes se sienten defraudados. Y los causantes de su enojo tienen nombres y apellidos: Mario Delgado Carrillo, el líder nacional morenista y el senador Santana Armando Guadiana Tijerina, el feliz ungido aspirante a gobernador. Ricardo señala a este par de corruptos y traicioneros, acusación que no debe tomarse tan a la ligera, puesto que viene de alguien quien hasta hace unos días era considerado uno de los de casa. Por instantes a Ricardo se le percibe confundido a la hora de arremeter contra aquellos a quienes considera responsables de su desgracia. Primero se le va con todo tanto a Delgado como a Guadiana y enseguida arremete contra los Moreira -los hermanos Rubén y Humberto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI)-. Sin embargo, lo que no podemos perder de vista es que lo que menos deseaban tanto Morena como el Presidente Andrés López Obrador era empezar el año con una crisis intestina, sobre todo porque en los próximos comicios a celebrarse en este naciente 2023, en Coahuila y Estado de México, no la tienen tan fácil para alzarse con la victoria. En las palabras del Presidente López Obrador y de Mario Delgado se nota el disgusto que les provocó la salida de Mejía Berdeja del batallón morenista y su guiño con el Partido del Trabajo (PT) para ser su abanderado y buscar la gubernatura coahuilense. ¿Puede ganar en las urnas el próximo 4 de junio? Sinceramente, lo dudo mucho. Pero lo que sí es un hecho es que va a dividir las preferencias y va a poner en serios predicamentos la aspiración de Guadiana Tijerina.
BENDITA IMPUNIDAD.- Sabiéndose protegida y respaldada desde Palacio Nacional, la ministra Yasmín Esquivel Mossa, se presentó a trabajar ayer lunes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) muy quitada de la pena y, antes de entrar, al ser abordada por los reporteros, desde su lujosísima camioneta Suburban aseguró que no tiene nada de que avergonzarse y presumió su impecable carrera (?), la cual actualmente se encuentra en entredicho por la gravísima trampa de haber presentado como suya una tesis que no fue de su autoría. Y se entiende que la señora no se avergüence, pues de conocer la vergüenza en estos momentos ya hubiera presentado la renuncia a su cargo para dedicarse en cuerpo y alma, como lo hacen los buenos abogados, a trabajar en su caso, recabar y presentar las evidencias suficientes para sustentar que es víctima de una injusticia y demostrar que es inocente. Y a la par, ya vimos ayer las maromas con las que salieron las secretarías de Gobernación (SEGOB) y de Educación Pública (SEP) en voz de sus titulares, Adán Augusto López Hernández y Leticia Ramírez Amaya, respectivamente, que, al igual que el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, también se lavaron las manos como Poncio Pilatos y le aventaron de regreso la pelotita a nuestra máxima casa de estudios. La verdad, como yo veo las cosas, difícilmente habrá una resolución contundente a este escándalo, principalmente porque en noviembre próximo concluye el segundo periodo del oftalmólogo Graue al frente de la Rectoría y su mayor anhelo es llegar a la orilla del río sin mayores sobresaltos. ¿Conclusión? Todos los involucrados se van a hacer como el tío Lolo, la SCJN y la UNAM van a tener que apechugar el terrible descrédito que ya les cayó encima y doña Yasmín seguirá tan campante como siempre. Y todos felices y contentos.
EL CUENTO DE NUNCA ACABAR.- El argumento del supuesto sabotaje a las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro no sólo es pueril, es totalmente ridículo. De toda la vida, el llamado “gusano naranja” ha sido la caja chica de los gobernantes capitalinos, nada más que en esta ocasión la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, no le puede echar la culpa del desastre a los regentes anteriores, pues eso sería como escupir hacia arriba con sus antecesores: Miguel Mancera, Marcelo Ebrard, Andrés López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas; o a los sustitutos de estos: Rosario Robles, Alejandro Encinas y José Ramón Amieva. Así lleven 6 mil, 60 mil, 600 mil o 6 millones de guardias nacionales al Metro éstos no van a servir de nada, porque ahí no hay sabotaje alguno, sino falta de mantenimiento.
Contacto.- www.lapoliticamedarisa.mx
alessandriniyazmin@yahoo.com.mx
Twitter: @yalessandrini1