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02.06.2023 Tlalpan, Ciudad de México.- Los campesinos, los pueblos y comunidades indígenas de la Ciudad de México no sólo representan a una importante población, sino que son las raíces de nuestra nación, por lo que es inexplicable e injustificable el atraso y la marginación en la que se les ha mantenido por siglos, en el abandono y la discriminación.
En San Miguel Xicalco, alcaldía de Tlalpan, el doctor debe ser un mecanismo que permita cerrar la brecha de la marginación de las comunidades indígenas, para incorporar de manera efectiva a la diversidad cultural que enriquece a nuestro país.
Durante la asamblea informativa que realizó en esta demarcación de la capital del país, Monreal se comprometió a establecer una nueva relación, un nuevo acuerdo político y social con todos los pueblos originarios, que reconozca y respete sus derechos territoriales y garantice su desarrollo.
Agregó que este pacto debe tener un enfoque integral, sistémico, sostenible e incluyente que busque generar bienestar económico, político, administrativo, cultural, social y con la identidad de las comunidades.
A pesar de su enorme riqueza humana, histórica y de recursos naturales, señaló, estas comunidades todavía no tienen el lugar que les corresponde por su historia, su tradición y su cultura.
Hoy contamos con una reforma constitucional que les reconoce su aporte a la pluriculturalidad, como poseedores de una gran cultura y patrimonio; también contamos con instituciones que los defienden.
Pero, acotó, nada de esto ha sido suficiente para darles el lugar que les pertenece, en el presente y en el futuro de esta gran metrópoli y de nuestro país.
“Sabemos que lamentablemente persiste la discriminación para con los pueblos originarios, en todos los sentidos, pues las causas de la desigualdad no son sólo económicas, sino también razones culturales que retrasan e impiden el desarrollo social”.
Destacó que la continuidad en la existencia de estos pueblos originarios y otros que se asentaron en distintas alcaldías, es resultado de su capacidad para mantener a lo largo de su historia el dominio, el control y la administración colectiva de su tierra y de sus costumbres.
Aquí, añadió, se desarrolla una actividad agrícola importante, pero es el comercio minoritario donde se concentra el grueso de la actividad económica, pues se calcula mil establecimientos donde trabajan más de mil familias. “Entre todos debemos buscar nuevas opciones, nuevos caminos para impulsar el desarrollo de esta rica zona”.
Monreal advirtió que, durante siglos, la clase gobernante impuso a los pueblos originarios de esta entidad una política de injusticia social y jurídica, de sometimiento, discriminación, represión, despojo de tierras, explotación y saqueo de recursos naturales, por lo que, a pesar de los esfuerzos realizados en el último lustro, para garantizar sus derechos, todavía hay mucho que hacer.
Los habitantes de estos pueblos, enfatizó, tienen el legítimo derecho de seguir existiendo como pueblos indígenas sobre su territorio ancestral, tienen el derecho histórico, reconocido en la Constitución y en los convenios internacionales, de establecer sus propias formas de organización social, política y económica, para garantizar la integridad de su territorio y su desarrollo integral.
Ricardo Monreal insistió en que se deben respetar los derechos humanos, individuales y colectivos de las comunidades y pueblos originarios.
Además, dijo que los pueblos originarios de Tlalpan y de otras alcaldías tienen un problema fundamental que es la tenencia de la tierra y que está asociado a la tala ilegal de los bosques.
“Ya basta de la tala ilegal de nuestros pulmones, que como humanos necesitamos. Ya basta con este tipo de acciones ilegales que están destruyendo nuestros bosques.
La tala ilegal es inadmisible, la ocupación ilegal de zonas protegidas es reprobable, el deterioro ecológico de estas malas prácticas debe de erradicarse de todos estos lugares que son nuestro futuro”, expresó.