*Fotos-tomada de twitter @BobRedfordDai
Nueva York, 16 septiembre (Notistarz).- Con la muerte del actor Robert Redford, se apaga una luz que iluminó durante más de seis décadas el rostro más elegante, comprometido y reflexivo de Hollywood.
A los 89 años, el actor, director y activista dejó este mundo desde su hogar en Utah, rodeado de la serenidad que siempre buscó fuera de los focos. Su partida no solo marca el fin de una era cinematográfica, sino también el adiós a una forma de entender el arte como resistencia, belleza y conciencia.
Redford fue más que un galán de pantalla. Fue el rostro de películas que definieron generaciones: Butch Cassidy and the Sundance Kid, El golpe, Todos los hombres del presidente.
Pero también fue el arquitecto de un cine independiente que desafió al sistema desde el corazón de las Montañas Rocosas. Con el Festival de Sundance, dio voz a cientos de creadores que no cabían en los moldes de la industria, convirtiéndose en mentor silencioso de una nueva narrativa global.
Hoy, el cine lo llora, pero también lo celebra. Porque cada plano que dejó sigue hablando. Y porque su mirada —serena, crítica, luminosa— seguirá inspirando a quienes creen que el arte puede cambiar el mundo
Su legado no se mide solo en premios ni taquilla, sino en coherencia. En cada papel, cada plano, cada discurso, Redford defendió la naturaleza, la verdad, la libertad creativa.
Fue el último romántico del cine americano, un hombre que creyó en el poder de las historias para cambiar el mundo. Hoy, el cine lo despide con gratitud, y el mundo lo recuerda como lo que fue: un artista íntegro, un rebelde con causa, y una voz que nunca se apagará del todo.
Actores, directores y festivales reaccionaron a la muerte de la leyenda del cine, como Marlee Matlin, protagonista de CODA, quien escribió:
“Nuestra película atrajo la atención de todos gracias a Sundance. Y Sundance se hizo realidad gracias a Robert Redford. Un genio se ha ido. Descanse en paz”.
El presentador británico Piers Morgan lo llamó “una de las grandes estrellas de cine de todos los tiempos”, destacando su papel en clásicos como El golpe, Tal como éramos y Todos los hombres del presidente.
El Festival de San Sebastián recordó su participación en La jauría humana (1966), destacando su influencia en la retrospectiva dedicada a Lillian Hellman:
“Hasta siempre, Robert”, publicaron desde su cuenta oficial.
El Sundance Institute, fundado por Redford en 1981, emitió un comunicado destacando su legado como mentor de generaciones de cineastas que encontraron en él “una voz, un refugio y una plataforma para contar historias que el sistema no quería escuchar”.