*Zona De reflexión.
/Escrito por Lucía Lagunes Huerta/
Seguramente se acordarán de Paulina, niña indígena de 12 años, a quien las creencias del personal de salud de Baja California junto con Provida le impidieron concluir un embarazo producto de una violación.
25 años después la historia se repite ahora en Jalisco con una niña indígena de 13 años víctima de incesto. Rocío, como le llamaremos para cuidar su identidad, pasó 11 días en el hospital estatal Esperanza López Mateos, en espera de tener la intervención médica, sin que nadie hiciera nada, ni le informaran ni le explicaran a ella ni al familiar que le acompañó, porqué la tardanza.
Pese a todas las lecciones aprendidas con Paulina, vemos nuevamente cómo la historia se repite y, pese a tener derecho a abortar, las autoridades, en este caso, de Jalisco, obstaculizan esta posibilidad, hasta que, nuevamente, las organizaciones feministas toman cartas en el asunto y finalmente Rocío logra acceder al aborto en la Ciudad de México.
Lo sorprendente es que dos décadas después de las lecciones que nos dejó el viacrucis que vivió Paulina, nuevamente Rocío, tenga que vivir la tortura y violación a sus derechos por las creencias del personal médico de Jalisco.
En nuestro país, existen muchas Paulinas y Rocíos, que son obligadas a ser madres producto de una violación, y esto no puede seguir ocurriendo.
Solo en Jalisco 397 niñas menores de 14 años han sido madres, esto durante 2023 y los primeros meses de 2024, según datos oficiales.
Estas niñas han sido embarazadas por hombres de 40 años, estas supuestas relaciones, no podemos entenderlas como parejas, ni mucho menos, creer que estos nacimientos sean producto de relaciones consensuadas, nombrarlo así, es naturalizar el abuso de hombres adultos sobre niñas.
Como me lo dijo en entrevista Patricia Ortega, representante en Jalisco de la Red Por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México, “estas niñas están pariendo a los hijos de sus violadores”.
De ahí la relevancia de lo ocurrido con Rocío, su caso recuerda los retos enormes que enfrentan las niñas y adolescentes en este México, los obstáculos para hacer cumplir la ley y la enorme brecha que persiste entre la norma y su verdadera aplicación.
Estas son realidades que van más allá de momentos y discursos electorales, que además no están siendo reconocidas ni consideradas para darles respuestas de quienes hoy buscan tanto la presidencia como la gubernatura en Jalisco. De esto no se habla, lo que tenemos son discursos abstractos y vacíos.
Rocío estaba protegida por la ley, aun así, el poder del personal médico pasó por encima de ello durante 11 días que estuvo hospitalizada sin traductor ni explicación alguna, lo que sí tuvo fue la visita de dos médicos, uno para ofrecerle escuchar el corazón del producto y otro para aconsejarla de darle en adopción.
Cero empatía con esta niña en estado de shock por la violencia vivida que se extendió en el hospital donde nadie se preocupó por saber cómo estaba ella. Cero respeto a sus derechos.
Rocío no llegó a un hospital cualquiera, ella fue canalizada por el Centro de Salud que la atendió en el primer momento a uno de los siete nosocomios que el gobierno de Jalisco identificó como especializados para la atención de la Interrupción Legal del Embarazo.
Recordemos que parte del legado que nos dejó Paulina es la Norma 046 que obliga a todos los servicios de Salud, tanto públicos como privados a brindar toda la atención integral a las víctimas de violencia sexual, incluido el aborto, y el hospital al que llega Roció fue capacitado para cumplirla, sin embargo, la institución sanitaria maltrató a una niña de 13 años que no habla español, que ha sido víctima de incesto sin brindarle el menor trato humano.
“Es hacerle pagar por su decisión”, señala Ortega.
Afortunadamente Rocío fue acompañada por organizaciones feministas en la entidad que logran trasladarla a la Ciudad de México, donde se practica la ILE.
Hoy Rocío sigue siendo acompañada por familiares, organizaciones y personas, que la apoyan para superar lo vivido y que exigen al gobierno estatal le garantice educación, salud incluida por supuesta la emocional tras el trauma del incesto y sus consecuencias.
Pues aún queda el proceso judicial contra el padre de Rocío y la urgente armonización de la legislación en Jalisco que despenalice el aborto, que la saliente legislación se ha negado a realizar.
De esto ninguna de las candidaturas a la gubernatura y al congreso local ha abierto la boca para pronunciarse.