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/ Eduardo Sadot /
La tradicional calidez de los mexicanos con los extranjeros la comenzarán a disfrutar el embajador de los Estados Unidos y a su distinguida esposa, pero deben comprender que hay un resentimiento nacional con su país por los altibajos de la relación entre ambas naciones, la pérdida de la mitad del territorio en beneficio de los Estados Unidos – en la guerra de 1847 – es una herida, que a pesar de los años no ha cicatrizado. Durante años – para bien y para mal – ambas naciones han interactuado, su historia y tradiciones caminan juntas. USA ha apoyado con armas las luchas internas mexicanas, frente a la invasión francesa el apoyo a Juárez (1867) y el triunfo de la revolución de 1910 no se habrían logrado sin las armas proporcionadas a los mexicanos, como ahora también, el empoderamiento de los grupos delincuenciales en México, no se entiende, sin las armas norteamericanas. Ha habido embajadores talentosos y respetuosos pero otros injerencistas.
Excelentísimo Señor embajador Ronald Johnson, su llegada a México coincide cronológicamente, con la de la primera mujer presidente de México, sucesora del presidente López Obrador conocido en su país, como el #fentaniloking, un presidente que ganara las elecciones, apoyado con dinero de la delincuencia organizada (del fentanilo) que intenta perpetuarse en el poder, a través de su hijo ungido en el Partido MORENA, nos sorprende, cómo los norteamericanos que han perdido familiares por el fentanilo – personajes como Robert de Niro – que perdiera a su nieto Leandro de Niro, como él miles más, diariamente, no le exijan al presidente Trump enjuiciar allá al expresidente López Obrador, conocido como el #fentaniloking quizá porque esperan que el presidente Trump actúe, sin necesidad de que se lo exijan.
Usted señor embajador, siendo como es, un hombre de acción, de investigación e inteligencia, llega a México con una idea muy clara – quizá más clara que nuestros funcionarios – del fenómeno de la violencia en México, problema muy complejo, pero con su experiencia en el Salvador seguramente sabrá usted, que “El dilema de muchos mexicanos”, es como ha quedado expresado, abrigar esperanzas en un ciudadano de un país que despojara a México de la mitad de su territorio, la confianza de muchos mexicanos en usted por su trabajo y experiencia. También es claro que usted es ciudadano Norteamericano, no mexicano y obviamente su trabajo consiste en privilegiar las prioridades de su país, no del nuestro.
Pero sepa usted que la pérdida del Estado de Derecho en México con la reforma judicial, así como la desaparición de organismos autónomos que eran herramientas contra la corrupción, afectará primero a los mexicanos, pero también a los intereses de su país en el nuestro, pues sus conciudadanos en México perderán certeza jurídica, frente a las ocurrencias, servilismo y resentimiento, de personajes como un exministro de nuestra Suprema Corte, operando junto a la presidente Sheinbaum. pues con juzgadores a modo del partido MORENA y subordinados tanto a ése partido, como al poder ejecutivo, rompe el equilibrio de poderes, si bien a ustedes, quizá se les facilitará – hablando de negociaciones – negociar con una sola persona como lo hacían en su momento en países donde ustedes han fortalecido dictaduras como en el siglo pasado en América Latina. Pero ya habrá oportunidad de conocerle, señor embajador, como dice la biblia – y usted es creyente católico – por sus actos los conoceréis –, México, es un país que seguramente les enamorará a usted y a su esposa Alina, por su historia, su comida, su gente, su cultura y sus bellezas naturales, y con seguridad cuando termine su responsabilidad y cuando se vaya a retirar, le auguro que vivirá en México, como el expresidente Jimmy Carter.
Finalmente, le comparto una curiosidad de mis ancestros, Ñuu savis (mixtecos de Oaxaca) que opinaban sobre la llegada de los españoles en la conquista, sorprendidos por sus actos de inmadurez o irracionales – decían – sobre su color de piel, que las personas, mientras más morenos es porque Dios los horneó bien y quedaron maduros, pero mientras más blancos fue porque Dios los sacó antes y no se completó su cocimiento, por eso – dicen los ñuu savi – los blancos actúan con inmadurez, y hay que tenerles paciencia, es una creencia ñuu savi. Con todo ello, señor embajador, sean usted y su respetable esposa. Bienvenidos a México.
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