Sin tacto
Por Sergio González Levet
Seguramente el veracruzano que más ha estudiado y sabe de los asuntos relacionados con el municipio como institución, es el maestro Rubén Ricaño Escobar, quien ha dedicado su vida al estudio y la enseñanza en este tema, desde el Centro Municipalista para el Desarrollo, que fundó y del que es Director Ejecutivo.
Por eso no es sorpresa, sino agradable realidad que haya sido merecedor la semana pasada del Premio Nacional al Buen Gobierno Municipal.
Nacido en Misantla pero crecido en Martínez de la Torre, en ambos lugares mantiene querencias, familia y afectos que ha sabido conservar a pesar de que hace ya varias décadas que emigró a Xalapa, para prepararse académicamente y convertirse en un buen hombre de familia.
Al lado de sus 10 hermanos, Rubén creció en la educación estricta aunque amable de su padre, don Jesús Ricaño (que ha cumplido 103 años y vive lúcido y feliz) y de la querida maestra Malú Escobar, a quien recordamos como una increíble poetisa y declamadora.
Fue la Federación Nacional de Municipios de México (FenaMM) la que entregó la presea, que por primera vez se otorgó a una persona que no estaba en funciones de alcalde.
El Presidente de la Federación, César Garza Villarreal, y el Secretario General, Sergio Arredondo Olvera, comentaron que es un reconocimiento a la larga trayectoria de servicio de Ricaño Escobar en favor de los municipios y los gobiernos locales.
Garza Villarreal añadió que la decisión se tomó después de considerar el “prestigio del trabajo municipalista de don Rubén Ricaño Escobar a lo largo de varias décadas, a su liderazgo como dirigente de organizaciones que trabajan en favor del desarrollo local y a su extraordinario aporte para promover la localización de los Objetivos del Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 en las ciudades mexicanas.
Rubén es un hombre tan modesto y sencillo como trabajador y capaz, por eso resultó natural cuando expresó que el premio “no es sólo de él, sino que he aceptado recibirlo en nombre de los municipalistas de Iberoamérica, que cada día trabajan comprometidamente por el desarrollo local sostenible en sus territorios municipales.
No olvidó mencionar al equipo “extraordinario” de mujeres y hombres municipalistas, académicos, profesionistas, científicos y funcionarios que “han trabajado para colocar al Centro Municipalista para el Desarrollo (CMD) como uno de los organismos municipalistas de mayor prestigio en México y América Latina”.
En la otorgación de este Premio también concurren el Instituto Buen Gobierno y la Federación Latinoamericana d Municipios.
Por cierto, de acuerdo con los tiempos de pandemia que corren, la ceremonia se realizó de manera virtual, con origen desde la Ciudad de México, y pudo ser vista por una gran cantidad de visitantes en vivo a través de la magia de Internet.
Dejo la palabra final al eminente estudioso, quien ha estado recibiendo merecidas felicitaciones (y aquí lamía, fraterna):
“Me siento muy honrado de que, sin ser alcalde, se me otorgue este premio al lado de presidentes municipales que impulsan exitosas iniciativas en municipios como los ejemplares ayuntamientos veracruzanos de Tamiahua y Orizaba”.
sglevet@gmail.com