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/ Carlos Ochoa Aranda /
La salida de Estados Unidos de América (EUA) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) marca un día negro para la salud global. “Si bien no es perfecta y enfrenta críticas justificadas, sigue siendo una institución esencial para coordinar respuestas internacionales frente a pandemias y enfermedades infecciosas”, señaló Alexis Bedolla Velázquez, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.
El académico reaccionó así a la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, que inició el proceso de retirar a su país de la OMS por segunda vez en menos de cinco años.
“La importancia de Estados Unidos en la OMS es insustituible, y esta decisión incrementa la inseguridad global en salud. Aunque podría ser un incentivo para reformas internas en dicha organización, no es la manera adecuada de lograrlo. En el futuro, debemos apostar por fortalecer las instituciones internacionales, no debilitarlas, especialmente en un momento crítico para la salud mundial”, afirmó Bedolla.
El especialista en la historia de la epidemiología, particularmente en Estados Unidos explicó los principales argumentos de Trump para justificar la salida:
- Respuesta insuficiente de la OMS. Según Trump, la organización actuó de forma deficiente frente a la Covid-19 y otras emergencias sanitarias.
- Falta de reformas internas. El mandatario criticó la estructura burocrática de la OMS, calificándola de lenta e ineficiente para tomar decisiones.
- Independencia cuestionada. Trump aseveró que la OMS no supo mantenerse al margen de las presiones políticas de ciertos Estados miembros. Criticó a la agencia por no responsabilizar más a China de su lenta respuesta a la investigación sobre los orígenes de la Covid-19.
- Disparidad económica entre las contribuciones de EUA y las de China. Según el presidente, Estados Unidos aportaba unos 500 millones de dólares al año, mientras que China, con una población mucho mayor, contribuía sólo con 40 millones, lo que consideró una estafa globalista corrupta.
Impactos
Bedolla Velázquez recordó que Estados Unidos era el principal financiador de la OMS, aportando cerca del 20 % de su presupuesto total. “Las contribuciones obligatorias de Estados Unidos ascendían a 110-120 millones de dólares anuales, mientras que las contribuciones voluntarias oscilaban entre 200 y 600 millones, dependiendo del año”.
Entre los programas más vulnerables se encuentran: Tratado pandémico (la renegociación de las regulaciones internacionales sanitarias podría fracasar sin la participación de Estados Unidos); Erradicación de enfermedades (iniciativas contra la polio, la malaria, el VIH/SIDA y la tuberculosis están en riesgo), y Salud infantil y materna (los fondos destinados a medicamentos esenciales y servicios de salud primaria podrían reducirse drásticamente).
Factores
Al analizar los factores detrás de esta decisión, Bedolla destacó los políticos. “Refleja la política aislacionista de Trump, centrada en desmantelar instituciones globales como la OMS, la ONU y la Organización Mundial del Comercio. La retórica de ‘Estados Unidos primero’ promovió la reducción de compromisos financieros con organismos internacionales”.
También los económicos. “Aunque Trump alegó motivos económicos, el aporte a la OMS es insignificante comparado con el presupuesto militar. Más bien, se centró en la disparidad de contribuciones entre China y Estados Unidos”.
Asimismo, el impacto en salud pública. “La salida de Estados Unidos no protege a sus ciudadanos; los pone en mayor riesgo. Al retirarse, científicos estadunidenses pierden acceso a datos epidemiológicos, muestras de virus y coordinación para producir vacunas, incrementando su vulnerabilidad ante pandemias”.
Consecuencias
Bedolla Velázquez sostuvo que, históricamente, Estados Unidos ha usado la salud global como una herramienta de “poder suave” para fortalecer alianzas diplomáticas y promover sus intereses geopolíticos.
“La salida de la OMS envía una señal de aislamiento, indicando que no desea colaborar con otros países ni depender de organismos internacionales. Esto crea un vacío que podría ser aprovechado por otras potencias, como China, para incrementar su influencia en la OMS y la diplomacia global”, afirmó Bedolla.
En el caso de México, el investigador del CISAN dijo que ambas naciones mantienen acuerdos bilaterales en salud, como el North American Plan for Animal and Pandemic Influenza (NAPAPI).
“La salida de Estados Unidos de la OMS podría debilitar dichos acuerdos, dificultando el intercambio de información y la coordinación frente a brotes epidémicos. Además, simboliza una política más agresiva y aislacionista que afectará la cooperación en salud pública entre ambas naciones”, advirtió.