Salud en disputa .

*Hechos y Susurros

/ Dolores Colín /

El conflicto en torno al Hospital General de Tláhuac esconde un daño que pocos quieren ver. Mientras Martí Batres, director del ISSSTE, repite que el instituto no debe sostener negocios privados, los impactos reales recaen en quienes menos pueden absorberlos: los derechohabientes que requieren atención oportuna, el personal médico que mantiene el servicio en marcha, la operación cotidiana del hospital y unas finanzas institucionales ya bajo presión.

El ISSSTE paga 114 millones de pesos al mes sin IVA por un hospital que opera con eficiencia por encima de la media nacional. La cifra que Batres intenta reducir a “infraestructura” cubre en realidad 17 servicios críticos, hemodiálisis, laboratorio, banco de sangre, CEyE, además del mantenimiento preventivo y correctivo del 100% del equipo, los insumos médicos, quirúrgicos, y la reposición programada que mantiene vigente tecnología como tomógrafos, mastógrafos, angiógrafo, fluoroscopio y las 56 máquinas de hemodiálisis.

Si la nacionalización exprés avanza sin un plan técnico, el instituto tendría que absorber de inmediato esa carga operativa y financiera, algo para lo que hoy no tiene ni estructura ni presupuesto. Eso comprometería servicios esenciales, dejaría en incertidumbre a más de 500 trabajadores especializados y afectaría primero a pacientes de hemodiálisis, hematología pediátrica y terapias intensivas.

Ninguna de estas partes controla la disputa, pero todas pagarán sus consecuencias. Un hospital como el de Tláhuac, que funciona, produce y mantiene estándares internacionales, no debería convertirse en escenario de un pulso político.

Para avanzar en el desarrollo y el bienestar social que promueve el Plan México de la presidenta Claudia Sheinbaum, la salud y el acceso efectivo a ella son centrales. La agenda real, la que hoy importa, exige capacidad operativa, abasto, precisión técnica y hospitales que funcionen todos los días. Reducir ese objetivo a un pleito sobre negocios no solo desentona, desvía la atención de lo esencial.

SUSURROS

De acuerdo con un reporte de Kapital Bank, la presión de los nuevos jugadores puede obligar a los bancos a aumentar las tasas de depósitos atrayendo a un mayor número de usuarios, pues a la vez tienen que compensar el aumento en el costo de fondeo a través de eficiencias en sus operaciones. Esto fomenta la competencia y acelera la penetración crediticia, que no se ha podido concretar en la banca tradicional.

La implementación de un nuevo sistema de administración de horarios de aterrizaje y despegue en el AICM es un primer paso para solucionar las diferencias del acuerdo bilateral aéreo con Estados Unidos. A partir de ahí se pueden aumentar los slots por hora para incrementar el número de operaciones y pasajeros entre ambos países.
Aunque las autoridades laborales han sancionado a la empresa Retimar, proveedora de servicios de limpieza, ésta sigue laborando para el Instituto Politécnico Nacional, por decisión del cuestionado Javier Tapia Santoyo, el director administrativo del Poli. Ojo aquí, Secretaría de Buen Gobierno.

 

@rf59