*Cuando estoy callada y reflexiva por mucho tiempo, mi mujer dice que se me notan los milenios en la mirada; es difícil aligerar el corazón cuando perteneces a una estirpe de gente ordinaria obligada constantemente a lo extraordinario.
Llevo cinco meses en silencio, en duelo y con el alma partida.
SHOSHANA TURKÍA
Hoy me pesan los siglos y los días de oscuridad y odio; mi esperanza también tiene más de dos mil años. Solo somos viejos conocidos en una nueva ronda de destrucción que forzosamente nos hará parir de nuevo la luz. Lo único distinto es que me toca vivirlo en tiempo presente, en este cuerpo, con estas relaciones, en este idioma.
Ya no soy yo en la historia de las otras, hoy soy mi dolor en mí
He aprendido a lidiar con la discriminación, a tolerarla en lo cotidiano, a combatirla en voz baja con la esperanza que tantos murmullos por fin se conviertan en una conversación constructiva y no en un aullido de dolor. Tengo claro que una consigna no alcanza para transformar la realidad y que un pliego petitorio por más firmas que tenga no muta de la noche a la mañana ni en un plan de gobierno y mucho menos en cultura popular.
También reconozco la potencia de los discursos de odio, los he visto materializarse en acciones concretas de desconfianza, violencia y muerte.
El siete de octubre de 2023 es un pogromo más. El primero televisado, comentado y difundido en redes sociales como si fuera un partido de futbol. No hay duda, Qatar aprendió a producir entretenimiento global desde la Copa del Mundo 2022. La necrofilia y el morbo absoluto convertido en Trending Topic. Sin duda, siguen dando buenos dividendos a sus patrocinadores. No se trata de desaparecer a Israel del mapa o terminar con la Cuestión Judía. ¡Se llama Sharía Global! Quizá cuando se levanten a orinar en el medio tiempo se den cuenta. Para entonces la goliza será imparable.
¿Qué es distinto esta vez a veces anteriores?
La barrera del pudor antisemita cayó más rápido, se convirtió en un accesorio de moda, en un distintivo de pertenencia y en un pretexto de tribalismo y polarización. Esta vez no necesitamos bulas papales, propaganda nazi en el cine o sofisticados sofismas en las universidades. La estrategia de marketing ha sido perversamente extraordinaria.
Solo basta que el islamismo radical se disfrace de progre y copte el único movimiento político económico social y cultural con relevancia internacional y con capacidad de crecer más rápido que cualquier religión: el feminismo.
¿Ya se nos olvidó que las feministas iranies han sido las únicas capaces de desestabilizar al régimen desde septiembre de 2022? ¿Por qué desconocemos los enormes esfuerzos de mujeres israelíes y palestinas en distintas organizaciones que trabajaban en la pacificación?
Las mujeres libres, unidas, capaces de complejizar y problematizar somos el verdadero enemigo del islam radical. El feminismo es el primer bastión por desarticular, desarmar y aniquilar.
Somos tan racistas e ignorantes que no reconocemos cuando claramente patrocinan simposios para ver si las mujeres somos seres humanos, cuando abiertamente nos dicen que nos van a matar. ¿Queers for Palestine? Intenten darse un beso en público o usar Grindr en Rafah, Doha o Teherán.
A estas alturas del partido la inocencia es negligencia
Cuando en el 8M el enemigo a vencer son las judías y no la violencia patriarcal, cuando a las madres de víctimas de feminicidio se les impone una bandera palestina en el corazón de su causa, al momento que organizaciones feministas mexicanas dedican su presupuesto de marketing a viralizar la intifada; cuando las judías feministas -sí las mismas con las que marchaste hombro a hombro durante años- tienen preocupaciones reales sobre su integridad física y tú guardas silencio, es ahí donde ya no me salen las cuentas. ¿Tantos años de activismo no nos alcanzan para ver que quieren que dirijamos nuestra digna rabia entre nosotras? ¿No es este el verdadero fundamento del pacto patriarcal que tanto denunciamos?
¡Amiga, date cuenta!
La nueva marejada antisemita, convertida en un chiste sobre un escenario mató a mi familia elegida. No tuvieron que enfrentarme, ni decirme nada directamente, solo hacer su arte con el virus del odio entre líneas. Para quienes ayer era una maestra de amor hoy no soy más que una mujer judía genocida. Así, directo, sin filtros ni mayores miramientos. Sin responsabilidad sobre su decir y su actuar, sin conciencia de su enorme liderazgo. El teatro, nuestro refugio y lugar de encuentro y reflexión, convertido en la apología del antisemitismo. La perversión de este monstruo de mil cabezas ganando una batalla más.
La apuesta del antisemitismo islamista es que perdamos nuestros espacios de diálogo, quieren obligarnos al aislamiento y al silencio. No se las dejaremos tan fácil, somos creativas, valientes y sabemos sostenernos en redes de confianza y espacios seguros.
Desde la propuesta #TodasLasMujeresImportan logramos salir a reclamar el espacio público también como nuestro. Evitamos a toda costa enfrentarnos con los grupos con consignas antisemitas y con quienes amagaban con violentarnos físicamente. No perdimos la calle. Lo más importante es que pudimos reconocernos entre nosotras y con las hermanas que sienten la profundidad de nuestro grito. Coreamos con quienes defienden a niñas víctimas de abuso sexual y trata, gritamos por las desaparecidas, y lloramos porque TODAS las mujeres regresen a casa. Al omitir que somos judías y sionistas logramos generar empatía, sororidad y hasta varios reportajes en la televisión.
Hasta antes del pogromo creía que era una mujer judía, feminista y de izquierda bastante ordinaria. El 8M salí unas horas de mi letargo para sumar mi aullido de dolor al de mi manada. Ahora tengo conciencia que estoy obligada a lo extraordinario una vez más: parar la pandemia antisemita islamista, conversación por conversación, una mujer a la vez, hasta que la paz sea sobre nosotras.
Encontrar a las Justas Entre Las Naciones será el principio. Estamos destinadas a actuar unidas, en colectivo; después habrá más tiempo para la reflexión individual.
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