Se fue Reynaldo Escobar.

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/ Yamiri Rodríguez Madrid /

El priismo veracruzano sigue de luto. No ha pasado ni siquiera un mes de la muerte del exgobernador Fidel Herrera Beltrán y su exsecretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, también murió. Fue, siempre, una figura polémica.

Abogado de profesión, destacó como uno de los mejores en la capital del estado; entró a la política y lo hizo siempre a su manera. Llegó por Convergencia a la presidencia municipal de Xalapa, cuando Miguel Alemán Velazco era gobernador de este estado. Después se volvió el más priistas de los priistas y hasta fue Secretario de Gobierno y Procurador, con Javier Duarte.

Cuando llevó las riendas del ayuntamiento, pudo limpiar El Árbol de vendedores ambulantes, algo que para muchos parecía imposible, además de una fuerte inversión que se hizo en colectores pluviales y drenaje para la ciudad. Entre los reporteros de la fuente era célebre esa anécdota cuando llegó una delegación de Omaha a hermanarse con Xalapa y, entre los presentes estaba una rubia, a quien diez minutos después, acercó con todo y silla y le dijo: hágase para acá güera, arrancando las risas de todos los presentes.

No terminó su encomienda para irse a trabajar con Fidel Herrera y fue Armida Ramírez quien cubrió las semanas faltantes. Como secretario de Gobierno fue duro; nada escapaba de su oído ni de sus ojos. Reynaldo Escobar era amigo con los amigos e inclemente con los que se salían del corral.

Al llegar el sexenio de Javier Duarte fue nombrado procurador, pero le tocó sortear uno de los capítulos más oscuros no solo de Veracruz, sino de todo México, cuando en la zona conurbada, precisamente durante una reunión nacional de procuradores, arrojaron 35 cuerpos.

En su primera declaración sobre los hechos, afirmó que todos tenían antecedentes penales. Solo habían pasado unos minutos. Horas después tuvo que salir de nueva cuenta y decir que solo 7 de ellos habían sido identificados. Fue un escándalo.

Después de eso Reynaldo se replegó de la política y se dedicó más a su despacho, claro, siempre con el gusanito de mover los hilos. Tenía ya muchos años con problemas de salud, hasta que hace unas semanas sufrió una caída que, finalmente, terminó por cobrar su vida a los 75 años.

Reynaldo fue otro de los pocos políticos priistas de oficio; con su muerte se está extinguiendo la última generación de priistas que sí trascendió por su capacidad y talento.

@YamiriRodriguez