Señores candidatos, por su bien, destierren el egocentrismo y la vanidad

Más claro…

Por Felipe Mendiola Parra

Muchos de los hombres y mujeres que andan en campaña no han realizado ninguna actividad que se considere política (no todos); por circunstancias de la vida fueron invitados a participar y aceptaron, pero desconocen a fondo cuál va a ser la responsabilidad que van a desempeñar, en caso de ganar las elecciones.

Por supuesto que no exagero.

Entonces, si es verdad que ellos y ellas traen su oferta de campaña, también es cierto que el pueblo quisiera decirles algunas recomendaciones en caso de que resulten triunfadores.

La sensibilidad la deben tener a flor de piel desde ahora que andan en campaña y olvidar los modales petulantes que para nada les sirven, si es que realmente quieren estar cerca de la gente.

Los discursos debieran ser lo más realistas posibles, no ofrecer nada que no puedan cumplir y dejar de soñar que engañan al pueblo, porque afortunadamente muchos sabemos leer y escribir y eso nos permite ver que solo son utopías las que ofrecen.

Rompan el primer círculo que solo los envuelve en “celofán” y no deja que los vea la gente como realmente son, porque esos “estorbantes” piensan que le hacen un favor al candidato, lo encierran en una burbuja como si ya fuera el ungido y lo peor es que éste se lo llege a creer.

Comiencen el día desayunando con toda la información que se refiera a ustedes o a su partido, escuchen y lean a los verdaderos líderes de opinión, porque hay personalidades en la sociedad que conocen mucho de política y siempre tienen buenos datos.

Ahora, siendo optimistas, en caso de que lleguen a ganar traten de desterrar el egocentrismo, la arrogancia y la vanidad. Acaben de entender que se convertirán en servidores públicos, los que sirven al público.

Lamentablemente muchos que hoy piden el voto y buscan el saludo de la gente, esos que tratan de abrazar a las ancianitas y hacerse los simpáticos, cuando reciben su constancia de mayoría se transforman, se olvidan de este momento de ser agradables y hasta cambian la forma de caminar (como Simón).

Si ganan las elecciones van a aprender mucho en esos cuatro años como alcaldes o esos tres años como diputados, pero importante será siempre que no olviden las verdaderas necesidades del pueblo que les da su voto. Más claro ni el agua.