“Ser periodista implica tener ciertas agallas”.

*Egresa sexta generación de la UIP.

*Roberto Frías / Cultura UNAM / Foto: Hiram del Prado.

La Unidad de Investigaciones Periodísticas (UIP) de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM (Cultura UNAM) concluyó este lunes 8 de diciembre el ciclo de su sexta generación con una ceremonia que celebró la formación en periodismo de 14 estudiantes provenientes de disciplinas tan diversas como la antropología, la biología, el derecho y la psicología.

Fundada en 2020, la UIP ha consolidado un modelo que no promete la posibilidad de que un oficio tenga sentido. En tiempos de polarización y desinformación, ese sentido personal se convierte en el bien público más necesario. Así, los estudiantes de la UIP se convierten al periodismo o lo llevan a sus propias áreas de conocimiento.

“Toda una odisea formar antropólogos, sociólogos, abogadas y también comunicadores en el bello oficio del periodismo”, reconoció Alma Delia Fuentes, directora de la UIP. Durante un año, los estudiantes produjeron notas, reportajes, documentales y pódcast bajo el sello Corriente Alterna, experimentando una profesión que trasciende las fronteras académicas tradicionales.

El acto tuvo como padrino de honor al periodista argentino Eliezer Budasoff, cuya trayectoria en El HiloRadio Ambulante y The New York Times en español lo ha convertido en referente del periodismo narrativo latinoamericano.

“La pregunta de por qué es importante seguir haciendo periodismo hoy siempre tiene una base personal”, advirtió Budasoff. El periodista de 47 años, técnico electromecánico de formación, estructuró su discurso alrededor de una reflexión provocadora: el periodismo tiene sentido sólo si le importa a quien lo practica.

Budasoff contó una experiencia que ocurrió en 2024, en el campamento de migrantes de Lajas Blancas, a la salida del Darién, donde conoció a cuatro adolescentes. Uno de ellos, de 16 años, le confió su sueño: “Llegar a Estados Unidos, conseguir un trabajo, comprar un teléfono y llamar a mi mamá”.

“Pensé: yo tengo que contar esta historia. Voy a contar que toda esa gente que los discursos políticos retratan como criminales es un chico cuyo sueño es llamar a su mamá”, recordó Budasoff.

Contó también sus experiencias de los terremotos de Chile (2010) y Ciudad de México (2017). En ambos casos, su reacción fue reportear. “¿Cómo haces para explicarle a alguien que esta profesión que se acerca a los rincones más oscuros del mundo puede ser hermosa y luminosa también?”, se preguntó.

“El problema es que solemos reducir a la gente a su trauma o a su herida”, explicó. “Los convertimos en caricaturas. En realidad el periodismo te da la posibilidad de conocer a personas de carne y hueso”.

“Lo que he logrado comprobar es que si a ustedes realmente les importa lo que están haciendo, y tratan de sentir y traducir lo que han sentido, eso va a llegar a los lectores».

Un laboratorio necesario

“Ser periodista implica tener ciertas agallas, porque nadie los quiere. Nadie quería a Sócrates: corran, ahí viene Sócrates, nos va a decir la verdad. ¿Pero qué haríamos nosotros si no hicieran todo eso?», explicó Rosa Beltrán, coordinadora de Cultura UNAM. Además, recordó que los mejores periodistas que conoce no estudiaron el oficio.

“Empiezas a entender que el sentido de ser periodista es darte cuenta de que estar vivo aquí y ahora es ser testigo de tu tiempo. Puedes ser un testigo silente o puedes ser un testigo que escriba y comparta lo que está viviendo”, señaló.

Por su parte, Alma Delia Fuentes definió en entrevista a la UIP como un programa que cualquier persona que se dedique al periodismo hubiera querido tener en su juventud. El modelo funciona como una redacción real, señaló, pero con una diferencia crucial: uno se puede equivocar, y esa es la maravilla. Es un proceso de aprendizaje.

“Para mí representa la esperanza de seguir formando periodistas y ciudadanía crítica que exija un mejor periodismo”, explicó Fuentes. “Sin periodistas, ¿quién nos va a informar de cuáles son nuestros derechos?”.

Tampoco cree que el periodismo pueda ser sustituido por la inteligencia artificial ya que se trata de toda una profesión.

“Lo que más me dicen los chicos es: yo pensé que sólo se trataba de sentarse a escribir y no, es buscar fuentes, verificar información, aprender a entrevistar”.

Finalmente, la directora subrayó el valor de formar estudiantes de otras disciplinas. “Quizás nuestros biólogos o abogados no vayan a ser periodistas de medios convencionales, pero sí pueden ser colaboradores en medios especializados, divulgadores. Es lo que hoy demanda la actualidad: profesiones transversales”.

Un ejemplo claro de esa transformación es el de Josue Chispan, ahora egresado de la UIP y aún estudiante de doctorado en Psicología Social y Ambiental.

“Para mí fue darme cuenta que había muchas cosas que no sabía y que las cosas que creía que sabía, no las sabía». Acostumbrado a textos académicos, el periodismo representó un choque: “Fue como redescubrirme escribiendo”.

“Lo más difícil fue ajustarme a los tiempos del periodismo. En ciencia llevamos más tiempo. También me costó entrevistar, yo creí que sabía hacerlo», reconoció, señalando, no obstante, que las personas con las que entró en contacto fueron de lo más valioso que se lleva. Entre los planes futuros de Chispan está el vincular las dos disciplinas que ahora conoce. Darle un cambio de perspectiva a la academia a través de la divulgación científica, para que sea más fácil, más entendible.

Además de Chispan, la ceremonia cerró con la entrega de reconocimientos al resto de los graduados: Ana Jéssica López, Darían Guadalupe, David Gerardo Martínez, José Adrián García Alfaya, José Julián Peralta, Luis Eduardo Escobar Flores, Luna Irene Rondón, María Fernanda Gálvez Castro, Maritza Isabel Hernández, Marisa Belén Sánchez Reyes, Salma Vanessa López Rendón, Víctor Manuel Rivera y Yacin Domínguez Ordaz.

Fuente DGCS UNAM