*La lingüista de El Colegio de México mencionó que el que el español sea hablado en sociedades patriarcales ocasiona que gran parte de esa ideología quede plasmada en distintos niveles.
/ Carlos Hugo Hermida Rosales / Fotógrafo: Omar Portilla Palacios /
12/03/2022. Xalapa, Ver.- Violeta Vázquez Rojas Maldonado, del Centro de Estudios Lingüístico y Literarios de El Colegio de México, declaró que no corresponde al lingüista decidir si el lenguaje incluyente es lícito o no, al momento de impartir la charla virtual “Nombrar es nombrarnos”, el pasado 3 de marzo dentro de las Jornadas sobre Lenguaje Inclusivo realizadas en el marco del LXV aniversario de la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana (UV).
La investigadora fue moderada por Magali Velasco Vargas y Luis David Meneses Hernández, directora y docente de la entidad académica, respectivamente.
Violeta Vázquez enfatizó que la principal función del lingüista es describir las formas de habla humana, y que no debe imponer órdenes o prescripciones a un fenómeno social como lo es el lenguaje inclusivo.
Esta manera de expresión no corresponde a una deformación del lenguaje y, por lo tanto, si un sector de la población decide utilizarla tiene toda la libertad de hacerlo.
La lingüista mencionó que el español no es una lengua machista en sí, pero el que sea hablada en sociedades patriarcales ocasiona que gran parte de esa ideología quede plasmada en distintos niveles.
“El sexismo del lenguaje no es más que una manifestación de lo que impera en la sociedad”, aseguró.
A menudo una palabra cuyo uso es válido para hombres y mujeres, cuando es aplicada a las últimas adquiere un significado especial que, por implicación más que por aserción, es degradante para el género femenino en su conjunto.
No obstante, más que ser una cuestión del lenguaje, el sexismo tiene una mayor relación con el pensamiento, la ideología y en última instancia con la conducta.
Violeta Vázquez citó al lingüista neoyorquino Robin Lakoff al comentar: “Vale la pena estudiar los desbalances lingüísticos porque señalan dónde existen disparidades e inequidades en el mundo real, al indicar que alguna situación externa al lenguaje debe modificarse”.