*
/ Alejandra Spitalier /
Ante una embestida de cuestionamientos respecto a su idoneidad para reelegirse, Joe Biden anunció el pasado 21 de julio que se retiraría de la carrera presidencial y extendió su apoyo a su vicepresidenta Kamala Harris para ser la candidata por el Partido Demócrata en las próximas elecciones.
Para muchos, ante escasos 90 días para la próxima elección, esta maniobra significó una ventaja para el candidato republicano, Donald Trump. Sin embargo, contra el pronóstico conservador, los primeros resultados de campaña de Harris han sido sorpresivos: no solo logró recaudar 126 millones de dólares en tiempo récord, sino que también demostró potencial músculo político para movilizar a votantes afroamericanos, latinos, asiáticos, mujeres y jóvenes. Así, ha mantenido una modesta ventaja en las encuestas.
Atravesamos un momento histórico en el que podríamos tener por primera vez a dos mujeres presidentas en América del Norte, pero más allá de su género también resulta interesante notar que Sheinbaum y Harris comparten otras coincidencias tanto a nivel personal como político.
Ambas mujeres comparten un compromiso especial en materia de educación. Como senadora, Harris apoyó iniciativas para garantizar que las escuelas sean espacios libres de acoso y durante su periodo como vicepresidenta impulsó un plan para aliviar la deuda estudiantil, incluyendo la cancelación de hasta 20 mil dólares de deuda y la instalación de planes de pago más justos. Entre otras cosas, Sheinbaum implementó en la CDMX el programa Mi Beca para Empezar, que benefició a 1.2 millones de estudiantes de educación básica en escuelas públicas e inauguró dos universidades públicas: la Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud.
Igualmente, desde su tiempo como fiscal general de California, Harris ha sido una férrea defensora de leyes medioambientales y su voto como vicepresidenta fue decisivo en el Senado para garantizar la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación, que ha sido el esfuerzo más ambicioso de la política estadounidense para combatir el cambio climático. Además de sus contribuciones científicas al Panel Intergubernamental de Cambio Climático, durante su gestión como jefa de Gobierno, Sheinbaum implementó diversas políticas y acciones enfocadas en la mitigación del cambio climático y la promoción de la sostenibilidad. Estos esfuerzos fueron reconocidos a nivel internacional y nacional con la recepción de la CDMX de 24 premios en materia medioambiental entre 2018 y 2023.
Finalmente, esta semana Harris eligió al gobernador de Minnesota Tim Walz como su compañero de fórmula con quien integra una mancuerna interesante, pues sería el primer vicepresidente que no es abogado, además de que su base de simpatizantes son la clase rural y trabajadora. Walz inició su carrera política apenas en el 2006; sin embargo, lo hizo con contundencia, ganando un escaño que tradicionalmente había sido ocupado por los republicanos.
Con un antecedente relacionado con el sector educativo y las Fuerzas Armadas de su país, Tim Walz representa a un sector popular de la sociedad norteamericana que lo ha mantenido como una figura merecedora de atención por los republicanos tradicionales; por otro lado, también ha sido sumamente vocal en su apoyo a causas como aborto y en favor de los derechos de la comunidad LGBT+. Lo anterior hace de Walz un complemento que abona al consenso y a la unidad, pues no promueve la polarización extrema. Este factor también resulta interesante para el ambiente político en nuestro país.
Así, de llegar Harris, tendremos a dos mujeres con múltiples puntos de encuentro: ser las primeras presidentas en sus respectivos países, con agendas progresistas en favor de los derechos humanos. Lo anterior sin duda marcará la dirección política regional e internacional. Además, Kamala y Claudia serán referentes históricos para todas las niñas y mujeres en nuestros países y en el mundo entero.