La Corte.
/ Azul Etcheverry /
¿Quién no tiene algún recuerdo en Acapulco? Acapulco para los mexicanos es más que una playa, es, para muchos, el primer recuerdo de conocer el mar, ese primer encuentro con el Pacífico, esa primera puesta de sol en Pie de la Cuesta o aquella primera noche de fiesta en la playa en la costera Miguel Alemán. Algún Acapulcazo con amigos o pareja, que son especiales por la esencia y belleza de esa costa, tanto, que incluso encontramos canciones mundialmente conocidas con este nombre.
Acapulco es nuestro destino vacacional por excelencia para la Semana Santa o fechas decembrinas, siempre cálido, hospitalario y con algo nuevo que ofrecer, en cada temporada alta es de los lugares preferidos siempre registrando una ocupación hotelera por arriba de 90%; tan sólo el año pasado se registró una derrama económica de 7 mil 691 millones de pesos para las fiestas de fin de año, superando al año anterior.
Sin embargo, hoy, nuestro Acapulco, que nos ha dado tanto, se encuentra caído, todos hemos escuchado y visto las terribles consecuencias del huracán Otis en la zona, que ha dejado la característica fachada de la costera irreconocible, de Caleta hasta Zona Diamante todo fue duramente arrasado por este fenómeno natural. Hay más de 40 muertos, más de 30 desaparecidos y cientos de testimonios de acapulqueños que lo perdieron todo: casa, pertenencias y hasta recuerdos. 80% de la infraestructura hotelera, dañada.
Hoy es necesario que nos olvidemos de divisiones y colores, y que hagamos lo más que podamos por nuestro destino favorito. Que hagamos muestra de esa solidaridad que nos caracteriza y, como en 2017, todos nos hagamos presentes, que la ayuda sea desbordada más que por el destino, también por nuestros hermanos guerrerenses quienes en gran mayoría se sostienen de las actividades turísticas y características de la zona y no solamente se quedarán sin ingreso, sino que muchos lo han perdido todo.
Ayudar es muy fácil y por mínima que pensemos que pueda ser nuestra aportación, sumada a la de todos puede hacer la diferencia. Puede ser desde donar despensa, agua y alimentos no perecederos en centros de acopio, tanto del gobierno como de empresas privadas u organizaciones o bien hacer donaciones económicas a entidades como la Cruz Roja u otros actores no gubernamentales.
A pesar de la intensa campaña, la ayuda que hasta ahora ha llegado a la zona ha resultado insuficiente. Hay problemas incluso con el suministro de servicios básicos. Hoy Acapulco nos necesita como mexicanos, hoy Acapulco necesita que le devolvamos un poco de lo mucho que nos ha regalado para volver a ponerlo en pie, para que los que vienen después de nosotros también tengan historias para contar.