/ Yamiri Rodríguez Madrid /
La mañana de este miércoles, en el noticiero radiofónico de Ciro Gómez Leyva, el padre de José Benítez de la O, don José, dio una entrevista para recordar siete años de la desaparición de su hijo y de los otros jóvenes, José Alfredo González Díaz, Mario Arturo Orozco Sánchez, Susana Tapia Garibo y Bernardo Benítez Arróniz en Tierra Blanca, Veracruz a manos de elementos del entonces Mando Único. Como muchos otros de los familiares que han pasado por este viacrucis, no solo ha contado los años, sino los meses, los días y hasta las horas desde que perdieron a su ser querido y esperan la aplicación de la justicia.
Con corte a este 11 de enero, la Secretaría de Gobernación tiene el reporte de 109 mil 875 personas desaparecidas y no localizadas desde el 15 de marzo de 1964 en todo el país. Estas mismas cifras oficiales arrojan que de ese universo, 7 mil 446 fueron en Veracruz, solo superados por Jalisco, Tamaulipas y Estado de México. Es decir, somos cuarto lugar nacional en desapariciones, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas (RNPDNO).
El caso de los jóvenes oriundos de Playa Vicente y desaparecidos en la peligrosa Tierra Blanca, es sin duda uno de los más mediáticos por el activismo incansable de los padres, pero tristemente es uno de muchos más que hay en la entidad. La Comisión Estatal de Búsqueda Veracruz debe ser, sin temor a equivocarse, una de las áreas de gobierno que más trabajo tiene ante la difícil situación de inseguridad que prevalece no solo en la entidad, sino en prácticamente todo el país. En este arranque de año, que no lleva ni dos semanas, ya ha emitido 80 fichas de localización, algunas de meses o años atrás, como la de Luis Ronzón Montiel, a quien su familia lo busca desde hace tres años que desapareció en Córdoba. De ese número de fichas, 20 corresponden a menores de edad y 13 a foráneos, además de que 20 fueron localizados y solo uno de ellos fue sin vida.
Urge dar recursos extraordinarios a la Fiscalía General del Estado para la adquisición de más y mejor equipo, la contratación de más expertos y la dotación de insumos que ayuden a la pronta identificación de restos humanos, además de mayor apoyo material y moral para los colectivos de búsqueda, pues la pesadilla de las desapariciones pareciera no terminar. Seamos empáticos.
@YamiriRodriguez