Siete de cada 10 infantes y adolescentes sufren bullying en México .

**México, el país con mayor cantidad en el orbe.

05.05.2023. México.- De acuerdo con el estudio oficial de la organización no gubernamental (ONG) internacional Bullying sin Fronteras, para América, Europa, Asia, Oceanía y África, realizado de enero de 2021 a febrero de 2022 con el apoyo de 20 prestigiosas universidades del mundo, los casos de bullying en el planeta continúan en aumento: seis de cada 10 niños sufren todos los días algún de tipo de acoso y ciberacoso. En el orbe, esa práctica es causante directa de más de 200,000 fallecimientos cada año, por homicidio o por inducción al suicidio.

Según la investigación de la citada ONG para América Latina y España, realizada de enero de 2020 a diciembre de 2021, los casos en México siguen en aumento: siete de cada 10 niños y adolescentes lo sufren.

El crecimiento del fenómeno es “explosivo” en los últimos años: el país con mayor cantidad de casos en el mundo es México, con 180,000 graves de bullying y ciberbullying. Los otros dos son Estados Unidos, con seis de cada 10, y China, 5.8 por cada 10.

La coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Violencia Escolar de la UNAM, Nelia Tello Peón, refiere: “estamos ante un problema fuerte que está en todos lados, que no es de ahora, y que debemos revertir. Para erradicarlo se necesita cambiar comportamientos, la forma como nos relacionamos con los otros”.

Es urgente aprender a construir sociedades en la convivencia. “En vez de usar mi fuerza con el fin de destruirte, debo utilizarla para construir junto contigo; pero entonces tengo que aceptar que eres diferente a mí, que tus expresiones y fortaleza son distintas a las mías y que se complementan. Sólo así podremos construir de verdad una sociedad más humana”.

En ocasión del Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, que se celebró el 2 de mayo, la exdirectora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) afirma que no sabemos construirnos como una sociedad entre iguales, porque nadie nos enseña. Por el contrario, varios tienen la idea de que es “malo”, “extraño” o “ajeno” ser diferente, y eso “hay que desaparecerlo”.

Dominio y sumisión
El acoso escolar, explica Nelia Tello, es una forma específica de violencia continua entre iguales, caracterizada por una relación de dominio y sumisión con un vínculo de orden emocional presente. No se trata de un hecho aislado, sino que acontece de forma persistente y genera ansiedad en los participantes.

Una persona que sufre y ejerce bullying generalmente ha vivido ese tipo de relaciones en su familia; se trata de comportamientos que se aprenden.

Por lo general, subraya, el agresor está rodeado de un grupo que lo sigue, apoya y lo hace más fuerte en la presencia del acosado. “Las personalidades débiles no se ven, se vuelen difusas, indiferentes para los demás; pero en el momento en que están en una situación en la que son el centro de atención, es como si comenzaran a existir, aunque de manera muy peligrosa, con miedo e incertidumbre”.

La experta agrega que parecía que este fenómeno tenía su máxima expresión en el nivel secundaria. Sin embargo, se registra además en las primarias, quizá con menos intensidad emocional, así como en el bachillerato y las universidades. “Ahora que lo reconocemos vemos que se ha extendido y hay que preguntarnos por qué”, alerta Tello Peón.

“Tengo el supuesto de que los dos años de socialización que nos ‘comió’ la pandemia han agudizado el bullying, porque en ese tiempo no se desarrollaron las habilidades sociales y emocionales, las que nos permiten interrelacionarnos con el otro más igualitaria y solidaria”, asevera.

El acoso escolar tiene raíces en este ambiente que vivimos, en una sociedad violenta en donde la muerte, el balazo y los jalones de cabello se presentan a diario, destaca la académica de la ENTS.

En el pasado esta práctica concluía junto con las clases, pero ahora, debido a las redes sociodigitales, prosigue, se hace grande y llena de angustia la vida de la víctima. “El anonimato, las redes y la rapidez con que ocurre ayudan a su crecimiento”, recalca.

Incluso se habla de una “pandemia de bullying”, porque nos invade. “Nos encanta el dominio, ese es el problema. Pero nos tiene que dejar de gustar la desigualdad y la jerarquía, y aceptar que para vivir en una sociedad más equitativa y sin violencia, lo nuestro debe ser la construcción con el otro”.

El acoso, precisa la académica, está tipificado como un delito en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en la que también se establecen sanciones. Esas situaciones deberían estar bajo control social, pero como así no ha funcionado, se han vuelto de control legal.

Para prevenir el acoso escolar se requiere que haya suficientes docentes y un equipo de atención multidisciplinario; es decir, a los profesores se deben sumar psicólogos y trabajadores sociales capacitados, como establece la Ley, finaliza.

Gaceta UNAM .

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