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27.12.2024 / BPNoticias/ .- La violencia contra las mujeres puede manifestarse de muchas formas, incluyendo silenciar o minimizar sus hallazgos, especialmente en el ámbito periodístico, científico y tecnológico, a donde el patriarcado ha trasladado sus violencias contra ellas.
El silencio es una forma de violencia que anula a las mujeres como personas. Silenciar a las mujeres es violencia machista. La violencia machista, conocida como violencia de género o violencia contra la mujer, es cualquier acto que cause daño o sufrimiento a una mujer por el hecho de ser mujer. Puede ser física, sexual o psicológica, material, patrimonial, económica, y puede incluir amenazas, discriminación, exclusión, coacción o privación de la libertad.
La violencia machista es una forma de discriminación que impide que las mujeres gocen de los mismos derechos y libertades que los hombres. Se considera un mecanismo de control social que mantiene la subordinación de las mujeres y forma parte de la cultura del patriarcado.
Las consecuencias de la violencia machista llegan a ser extremas, como el asesinato de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, amigos, conocidos o individuos con anomias machistas que pretenden ocultar alegando que adoran a “su Mujer” e “hijas”, Violencia extrema que tiene su origen en las palabras y acciones de machos de clóset, que en acción y discurso circulan el mismo modelo de sometimiento de las mujeres.
En el siglo siglo XXI, si bien el progreso tecnológico permite avances sin precedentes capaces de mejorar los resultados sociales, económicos y políticos para todos, los machistas con diversas estrategias buscan silenciar a las mujeres .
Las mujeres conscientes de lo que ocurre han respondido a este tipo de violencia de diversas maneras, como: Con ironía, con sororidad a las victimas, levantando la voz, denunciando, evidenciando, y visibilizando estas violencias.
No obstante la innovación y la tecnología para lograr la igualdad de género constituye una cuestión fundamental para el progreso de las mujeres y las niñas, los dueños de las plataformas, con sus filias y fobias patriarcales no han hecho nada para contribuir a la igualdad sustantiva y la protección de las mujeres y las niñas.
“En este momento bisagra, en el que mujeres de todo el mundo usan su poder colectivo para expresarse y amplificar su mensaje a través de redes sociales, la falta de acción de Twitter para garantizar el respeto por los derechos humanos y hacer frente a la violencia y el abuso no contribuye a que las mujeres usen su voz para generar un cambio sino que las empuja hacia una cultura del silencio”, señala un informe de Amnistía del 2028.
Los avances y resultados no se comparten de manera equitativa. Tres millones de personas siguen sin tener conexión a Internet, la mayoría de ellas mujeres y niñas, y quienes tienen acceso son censuradas, desplazadas, invisibilizadas por el machismo.
Las mujeres enfrentan un retraso con respecto a los hombres en lo que se refiere al uso efectivo de la tecnología, al ser esta una capacidad que interactúa con otras dimensiones de la discriminación, como la educación y el déficit de competencias, y la reducción de la autonomía. A medida que el mundo de Internet adquiere mayor importancia en la vida de las personas, la aceleración del cambio tecnológico aumenta el riesgo de que esas desigualdades se afiancen, reporta la ONU.
Las mujeres y las niñas han realizado importantes contribuciones a la innovación humana. Sin embargo, siguen estando infrarrepresentadas en el periodismo de género, la ciencia, la tecnología, las ingeniería y las matemáticas (STEM). Solo representan el 35% del alumnado de estas disciplinas. Las mujeres ocupan menos de un tercio de los puestos en el sector tecnológico y solo el 22% de los empleos en el área de la inteligencia artificial (IA) y nada que decir en materia de publicidad gubernamental.
El resultado de estas discrepancias no solo se observa en la eventual misoginia de los gobiernos (pese a ser liderados por mujeres) las empresas de alta tecnología, sino hasta en los simples chats donde las excluyen de los productos y servicios que crean estas empresas, donde vemos que el sesgo inconsciente y la desigualdad están literalmente inscritos en el código de las tecnologías más utilizadas.
El futuro de la tecnología no debe ser un futuro de desigualdad
El activismo digital y el poder de movimientos como #MeToo demuestran, sin lugar a dudas, la influencia de la acción digital colectiva para impulsar el cambio. Sin embargo, las redes sociales también han fomentado la desinformación en materia de género, la información falsa, la violencia en Internet y el discurso de odio sexista dirigido a las mujeres y las personas LGTBQ+, los defensores de los derechos humanos, los políticos y las y los periodistas de todo el mundo, y cada vez preocupa más que la tecnología emergente de la IA pueda utilizarse para promover esas tendencias intolerables de silenciar a las mujeres.
Los ataques infundados en Internet son agresiones a la democracia y la inclusión. Con ellos se trata de silenciar las voces de las mujeres y disuadirlas de crecer en sus ámbitos, de presentarse como candidatas para ocupar un cargo público o de defender sus derechos. Conforme se acelera el desarrollo de la IA, el riesgo de que los sesgos arraiguen más profundamente en los sistemas de nuestras vidas aumenta de manera exponencial, refiere la ONU.
En sus recomendaciones la ONU señala que se debe primar el acceso equitativo y significativo a todas las mujeres y niñas que permita una experiencia online segura, satisfactoria, productiva y asequible. La tecnología debe promover la igualdad de derechos y oportunidades para que las mujeres y las niñas aprendan, tengan derecho a ser escuchadas, accedan a servicios fundamentales, amplíen sus negocios o tengan acceso a productos financieros.
Debemos revertir la violencia de género y la impunidad de proporciones colosales de que disfrutan los infractores y las plataformas digitales que amplifican y canalizan ataques dirigidos a las mujeres y las niñas. En resumen, debemos garantizar que la tecnología amplifique las voces de las mujeres para que puedan influir de una forma más decisiva en la dirección futura del mundo y no mentir señalando que privilegian todas las voces cuando solo promueven desigualdades y hacen exclusiones silenciando a las mujeres.