El Baldón .
/José Miguel Cobián /
Tengo un admirado amigo que siempre cita a teóricos de la ciencia política en sus artículos y conferencias. Saludos Inocencio.
Carl Schmitt y la filosofía política de este jurista Nazi parecen revivir hoy en los populismos, tal como en su momento el franquismo conservador abrazó estas tesis para beneficio de Franco y sus seguidores. Las similitudes con lo que sucede en algunos países es brutal, y premonitoria de lo que las ideas llevadas a la manipulación de la masa pueden llegar a destruir, el ejemplo es la Alemania de Hitler. ¿Queremos seguir ese camino?
Criticar violentamente al estado de derecho se convierte en un arma eficaz para atacar el liberalismo que se considera la encarnación de todos los males. Los aspirantes a dictador consideran que es posible separar la crítica grosera y burda anti liberal, anti congreso, anti estado de derecho, del programa de gobierno que busca regresar a formas de organización antiguas y anti liberales.
Definir al líder (Führer) como soberano absoluto, y proponer un estado totalitario para elevar la política a teología, en la cual el culto al soberano se convierte en una actividad cuasi-religiosa, es una de sus principales características.
Schmitt presumía que su análisis era racional, culpando al nacimiento y consolidación de una nueva sociedad industrial de masas, que eran las responsables de la disfuncionalidad del estado de derecho y de la democracia liberal. Ante esa falla social, había que recuperar una homogeneidad en lo político que choca contra la diversidad real de las sociedades humanas.
Para lograr esa homogeneidad, había que sacrificar el imperio de la ley, a cambio de una legitimidad total. Hoy el fracaso de los totalitarismos y los millones de muertos, demuestran lo errado de esa teoría, que pareciera vuelve a aplicarse entre los gobiernos populistas y los pueblos poco ilustrados y manipulables.
Estas ideas están basadas exclusivamente en creencias, jamás confirmadas objetivamente en la realidad cotidiana de los pueblos que las vivieron, en particular el nacional socialismo es la evidencia en los hechos de los resultados de esas teorías políticas. Ideas que acusaban a la nueva realidad social, de haber convertido a los partidos políticos en maquinarias para mentir y engañar al pueblo, por ello había que someterlos y eliminarlos.
Toda esta ideología promueve gobiernos totalitarios, sin disidencia, sin que se escuche otra voz que la del líder, que ataca a aquéllos que no piensan como él. Un líder que gobierna exclusivamente para sus seguidores y aplaudidores, y que rechaza al resto de la sociedad que no se somete a sus designios, se burla, la criminaliza, la estigmatiza, con el fin de cerrar filas entre los miembros de su culto a la personalidad.
Cierto es que se propugnaba por señalar los errores de los gobiernos en turno, lo cual de inicio se veía como positivo. El problema es que no se busca mejorar los sistemas democráticos, ni dar más voz a la pluralidad para encontrar consensos sociales, sino que se promueve un totalitarismo como única solución a la situación denunciada, privando a los pueblos de libertad y democracia.
En Europa se ha puesto de moda un ensayo publicado en 1958 por Jürgen Fijalkoski, una tesis doctoral sobre el ideario de Schmitt, que se está utilizando por gobierno populistas conservadores que se disfrazan de izquierda progresista. Los intelectuales mexicanos deberían de prestar atención a un manual que se está utilizando para llegar y conservar el poder en muchos países de américa latina.
Cualquier similitud con la realidad actual de México es mera coincidencia…. ¿O no?
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https://josecobian.blogspot.com/2023/04/similar-al-nazismo.html