ALHAJERO
Martha Anaya.
Lo que sucedió con el tema del desafuero de Mauricio Toledo en la Sección Instructora de la Cámara de Diputados que encabeza el insigne legislador morenista Pablo Gómez fue, por decirlo amablemente, “desaseado”.
Tal fue el calificativo que le adjudicó la presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri, cuando informó a la Junta de Coordinación Política del por qué no procedía la discusión del desafuero del petista acusado de enriquecimiento ilícito.
Y es que lo que ocurrió en la Sección Instructora fue realmente patético, tanto por parte de la diputada del PRI Claudia Pastor, quien buscó el recoveco de la abstención para no dar su voto a favor, pero que, al mismo tiempo, pasara el tema a discusión al Pleno; como por parte de Gómez, que una y otra vez le dijo a la del tricolor que la abstención no procedía en esa instancia, por lo que si quería que subiera al Pleno habría de emitir el voto a favor del desafuero.
Dicho voto, valga advertirlo, era muy importante, pues la Sección Instructora está integrada por cuatro diputados y se requería mayoría absoluta para que siguiera su curso. Había ya dos votos a favor por parte de Morena, uno en contra del PT y sólo faltaba el del PRI. Era el decisivo para lograr o no la mayoría requerida.
La transcripción de los diálogos en esa instancia deja ver cómo terminaron enredándose uno y otro, aunque Pastor reiteraba una y otra vez que su voto era abstención, pero quería que pasara al Pleno. Un no…, pero sí.
La simulación y la trampa de su lado. Respondida del mismo modo por el colmilludo de Gómez: si quieres que pase al pleno, el voto es a favor. Punto. Y así lo registró.
En fin, Sauri terminó revisando todo lo que ocurrió en esa sesión, tanto el video como la versión estenográfica, y concluyó que no hubo mayoría absoluta en la votación, por lo cual el caso no podía pasar al Pleno.
El otro caso que habría de discutirse en un periodo extraordinario (si es que se lograba) era el del desafuero del diputado poblano Saúl Huerta, acusado por la Fiscalía capitalina de violación de un menor de edad y abuso sexual a un adulto.
Pero resulta que el presidente de la Comisión Permanente del Congreso, Eduardo Ramírez, convocó a una sesión semipresencial, cuando se requiere que ésta sea presencial para aprobar la convocatoria a un periodo extraordinario, a fin de que la Cámara de Diputados se erija como Jurado de Procedencia.
O sea, triquiñuelas también de ese lado. Tal parece que lo que se busca es manosear y enredar todo para que nada de esto proceda ya.
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GEMAS: Obsequio de Dulce María Sauri (PRI), presidenta de la Cámara de Diputados: “Que nadie diga que estoy ayudando al PT, que a mí me ha tocado chupar sangre con ellos”.