Sin Fronteras en los Conflictos: La Violencia Sexual Contra Las Mujeres

* Arancha González Laya, exministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y Elena Valenciano, presidenta de Fundación Mujeres, en un encuentro, organizado por la Fundación Mujeres y la Federación de Mujeres Jóvenes

 

/ Por Gloria López /

Madrid, 22 jun. 22. AmecoPress. Las mujeres tienen que combatir dos guerras, ser supervivientes dos veces: a la guerra y a la violencia sexual por parte de los soldados, siendo vistas como “tierra de conquista”. En 2020 Naciones Unidas ratificó 2200 casos de violencia sexual en conflictos, pero hay entre 10 y 20 casos sin reportar por cada 1 que se reporta. Si esto ocurre es “porque esta violencia sale gratis”, asegura Arancha González Laya (@AranchaGlezLaya), exministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, refiriéndose a las enormes dosis de impunidad que caracteriza la violencia sexual contra las mujeres en los conflictos.

González Laya hizo estas afirmaciones en un encuentro, organizado por la Fundación Mujeres y la Federación de Mujeres Jóvenes (@MujeresJovenesF), con motivo del Día Internacional para la eliminación de la Violencia sexual en los conflictos, en el que estuvo acompañada por Elena Valenciano (@ElenaValenciano), presidenta de Fundación Mujeres.

En el debate, moderado por Ada Santana Aguilera (@AdaSantana98), presidenta de la Federación Mujeres Jóvenes, se abordaron las situaciones de violencia sexual que sufren las mujeres, niñas y niños en las guerras y en los desplazamientos para apartarse de los conflictos, con especial atención a la actual situación en Ucrania, analizando la responsabilidad de los Estados y el papel de la Sociedad Civil ante este grave problema que vulnera los derechos humanos y que se repite en cada conflicto.

La ONU ha corroborado 124 casos de presunta violencia sexual cometidos en la guerra de Ucrania hasta el 3 de junio. Liudmila Denisova, defensora del Pueblo en Ucrania, declaró el pasado 12 de abril que se había encontrado un sótano en Bucha donde las fuerzas rusas tenían a 25 mujeres y niñas, de entre 14 y 24 años, que sufrieron violaciones de forma constante. Como consecuencia, nueve de ellas han quedado embarazadas.

La violencia sexual en conflictos “obedece a muchas razones” y se ejerce “no solo por el enemigo”, se perpetúa por los ejércitos invasores, grupos armados y quienes están encargados de proteger a las poblaciones, tanto a nivel nacional como internacional. “Hay dos grandes aliados de la violencia sexual en los conflictos: el silencio y la vergüenza”, explicó Elena Valenciano, y “si el marco social no fuera tan patriarcal, la violación de mujeres en conflictos bélicos no sería tan eficaz”.

En todo caso, un primer paso para hacer frente a esta violencia es poner sobre la mesa las razones que la explican y también propuestas para solucionarla. “Hay que cambiar toda la cultura y eso no es sencillo”, advierte Valenciano, “pero no quita que debamos dar un marco público de debate y también legal”, para facilitar la denuncia, la justicia y el derecho a la reparación del daño.

Acción internacional firme, acciones específicas y concretas y reforzar la acción de los países y de la sociedad civil

Según Arancha González Laya, hay que actuar con firmeza para hacer frente a la violencia sexual en los conflictos, que incluye no solo violaciones, sino prostituciones forzadas, esterilizaciones forzadas y matrimonios forzados. Hay tres cosas que podemos hacer: acción internacional firme, acciones específicas y concretas y reforzar la acción de los países y de la sociedad civil. La exministra valoró la labor de la representante especial de Naciones Unidas, Pramila Patten, “un trabajo silencioso, pero muy importante”, es quien ha negociado con el Gobierno ucraniano un marco para recopilar información sobre los casos de violencia sexual para poder llevarlos a la justicia y acompañar a las mujeres.

“Cuando las mujeres forman parte y se mantienen en los procesos de Paz son más efectivos y seguros”, ha dicho la exministra. De hecho, si se mantienen al menos 15 años, aumentan un 35 por ciento las probabilidades de que ese proceso sea fructífero.

Por su parte Valenciano acababa con dos propuestas muy concretas. A largo plazo, promover una Convención de Naciones Unidas. Y en lo inmediato, “las organizaciones podríamos preparar una declaración en la cumbre de la OTAN para pedir un mayor compromiso con lo que está sucediendo.”

La violencia sexual contra las mujeres en los conflictos armados se ha transformado en una conducta sistemática, generalizada y discriminatoria que, con el tiempo, se ha regulado en la legislación internacional. en los conflictos se ha ido legislando a lo largo del tiempo. “Falta mucho por construir en materia internacional, pero sumando esfuerzos podemos conseguir resoluciones”, concluyó Ada Santana Aguilera.

Foto: archivo Amecopress