Sin municipios no hay México

Paralaje.

Liébano Sáenz.

Este martes 29 de octubre, Gabinete de Comunicación Estratégica, habrá de presentar su reporte anual sobre las ciudades más habitables, estudio que se hace a partir de 76 encuestas que se realizan en las principales ciudades del país y en las alcaldías de la Ciudad de México, y que procesa la respuesta de más de 30 mil personas entrevistadas. El reporte se presenta públicamente en medio de la exigencia de alcaldes de diversos partidos para lograr un mejor trato por parte de las autoridades federales.

Hace unos días, con esa demanda, un grupo de presidentes municipales fue repelido en Palacio Nacional con la fuerza y con el uso del gas que se emplea para contener otro tipo de manifestaciones. Los hechos, si bien reprobables, deben quedar atrás. Se entiende que las instalaciones de la Presidencia de la República deben ser protegidas, aunque como ha reconocido el subsecretario Alejando Encinas, fue una acción indebida ya que los alcaldes son autoridades representativas de sus comunidades. En la relación de los municipios con la Federación, siempre debe prevalecer la prudencia, y eso parece ser el saldo afortunado de lo que ha acontecido después.

La realidad es que la calidad de gobierno y de los servicios públicos en buena parte descansan en lo que hacen las autoridades municipales que con no poca frecuencia están expuestas a los intereses de todos los frentes, incluso los de corte ilegal. También se da el caso de que los poderes estatales o los federales actúan con negligencia u hostilidad respecto a las autoridades municipales. Ser alcalde ahora es mucho más difícil que en el pasado. Se han reducido los ingresos, ha crecido la deuda, así como la insensibilidad de los otros niveles de gobierno que deberían acompañarles en las responsabilidades municipales.

Hay razón para preocuparse seriamente sobre las dificultades que encara hoy día la autoridad más cercana a las necesidades y reclamos de la gente. La dependencia de las participaciones federales es abrumadora. No está por demás señalar que la calidad de gobierno municipal está correlacionada con la capacidad para generar ingresos propios. El impuesto predial y los ingresos por derechos municipales, en algunos casos significan una parte importante de lo que se gasta. Hay municipios de manejo ejemplar en sus finanzas públicas, como es el caso de San Pedro Garza García, Saltillo, Mérida y Colima. Lamentablemente, en la gran mayoría de los municipios impera el desorden. En el caso de alcaldías turísticas, la historia se entrevera con buenas experiencias y otras que son desastrosas por la venalidad generalizada, que se expresa en una práctica desbordada de extorsión, como ocurre actualmente en algunos municipios de la Riviera Maya.

Uno de los temas que más impacto ha tenido en la calidad de vida y en la cohesión social, según los indicadores en el reporte de GCE, es el de la inseguridad pública. Los números son preocupantes en algunos municipios y alcaldías de la zona metropolitana de la Ciudad de México. Por cierto, entre las cinco ciudades que más incrementaron o mejoraron su índice destacan Mazatlán y Culiacán, lo que significa que el incidente del jueves 17 en la capital de Sinaloa, afecta un cambio positivo consolidado en el pasado reciente.

Por otro lado, a los municipios con buenos números, como han sido San Pedro Garza García, Mérida y Saltillo, ahora se agrega Colima. Por su parte, la evaluación de alcaldes es positiva en estos cuatro municipios y San Nicolás de los Garza. La geografía dice mucho de la calidad del gobierno municipal, también, como señalé, la fortaleza de sus finanzas derivada de los ingresos y de la capacidad de comunicar lo que bien se hace.

En este marco de crisis y de oportunidades en la esfera municipal, resultaría conveniente que el Presidente de la República establezca una relación institucional de apoyo y colaboración con las autoridades locales. Alejarse del prejuicio que, con falsedad, asume que la corrupción es el signo común de la gestión municipal, y entender que buena parte de lo que se requiere para el bienestar de las familias se resuelve en ese nivel de la administración. La tendencia de estos tiempos es el centralismo, que todo lo concentra. Y precisamente porque al concentrarlo todo, también está concentrando los problemas y las soluciones que deberían darse en el plano local, es que debe darse mayor atención y ver con mejor receptividad la situación que se presenta en los municipios.

El Presidente de la República recorre al país de manera extensa e intensa. Una de las razones por las que la agenda del jueves antepasado no tuvo modificación pese a la crisis en Culiacán, fue la reunión programada con los alcaldes del estado de Oaxaca. Es importante escuchar a los presidentes municipales es esas giras, pero asimismo, toca abrirles las puertas de Palacio Nacional, hacerlo de manera institucional, cuidando la representatividad que ellos tienen y haciendo hincapié en que el fortalecimiento municipal es la vía más confiable para mejorar la calidad de vida de los mexicanos