*ALMA GRANDE
/ Por Ángel Álvaro Peña /
Mientras se culpan entre los candidatos de todos los partidos de que ninguno cuida la naturaleza, que atentan contra el medio ambiente, que no atienden el cambio climático, la propaganda electoral sigue exponiéndose en las calles con materiales altamente contaminantes. No hay partido o candidato que no utilice materiales contaminantes en su propaganda en el país.
Ante esta situación, Greenpeace envió una carta a las y los candidatos a la Presidencia de México y a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, para pedirles que tomen acciones frente a la contaminación plástica que generan sus campañas.
Greenpeace alertó que la mayor parte de los materiales de propaganda electoral está hecha de plásticos, los cuales, dependiendo del tipo de que se trate, pueden tardar entre decenas y cientos de años en degradarse, contribuyendo a la contaminación plástica que ya sufre México y el planeta entero.
La ley obliga a los partidos políticos a retirar toda la propaganda de las calles al finalizar el proceso electoral y se encarguen del reciclaje, pero los que ganan se sienten dueños del espacio que van a gobernar y los que pierden dicen ya no tener dinero para levantar las 25 mil toneladas de basura que se anuncia serán las que se queden en las calles, banquetas, bardas, postes, tan sólo en la Ciudad de México.
La Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano, señala que en este año se duplicará el peso de dicha basura. Informa que en procesos anteriores se registraron entre 10 y 15 mil toneladas de residuos, pero los procesos internos de los partidos y los informes multiplican la cifra.
La Ciudad de México es la entidad que más legislación ha aprobado sobre el tema, pero de todas maneras la contaminación persiste, porque los plásticos son inalcanzables para los recolectores cuando sopla el viento y van a dar a ríos, estanques y lugares donde dañan de manera irreversible la naturaleza.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, otorgó más de mil acuerdos de viabilidad para que las empresas puedan reubicar anuncios espectaculares en azoteas; sin embargo, de nada sirve ante la publicidad y propaganda electoral de vallas, envolventes, pendones, carteles, mobiliario y bardas.
Greenpeace señala que los plásticos, especialmente los concebidos para convertirse en residuos después de muy poco tiempo, como en el caso de la basura electoral, están inundando todos los ecosistemas de la Tierra. Esto ocurre en medio de una crisis ambiental sin precedentes y cuando los efectos del cambio climático son cada vez más fuertes y la pérdida de biodiversidad se acelera.
Greenpeace también invitó a las personas candidatas a explorar nuevas formas de hacer campañas, tanto electorales como sociales, mediante el uso de herramientas digitales y redes sociales, e incluso recurriendo a medios tradicionales de comunicación como la televisión y la radio, que no implican la generación de basura.
La legislación electoral tiene muchos huecos que deben ser atendidos, en el tema de la contaminación de la propaganda electoral debe actuarse de inmediato, en beneficio de todo el planeta, ya que un lago contaminado en México tiene repercusiones en el resto de la Tierra. Si en realidad los candidatos consideran que trabajan por el bien de la población, como señalan en sus discursos, deberán empezar por recoger la basura electoral hasta dejar las ciudades, caminos, carreteras y parajes limpios de esta contaminante propaganda.
Si uno viaja por carretera a poblados aislados, no es difícil encontrar propaganda en favor de candidatos a presidentes de hace más de 30 años, esto nos habla de que hay que actuar de inmediato en el tema que afecta a todo el mundo.
PEGA Y CORRE.-Algunos padres de familia en Chihuahua ampararon a sus hijos para no utilizar los libros de texto de la SEP, elaborados en la actual administración porque aseguran que no cumplen con las disposiciones normativas en las diferentes materias. Son una minoría pastoreada por organizaciones impulsadas por la gobernadora, quien empezó a sabotear el contenido de los libros…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.