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/Fabiola Guarneros/
Adiós París 24. Nos llevamos cinco medallas olímpicas: tres platas y dos bronces, también nos traemos 15 diplomas más de los atletas mexicanos que lograron estar en los primeros ocho lugares del mundo. ¡Qué orgullo!, porque se trata de méritos y triunfos que se obtuvieron por la tenacidad individual y los esfuerzos de sus equipos, entrenadores y sus familias, vendiendo productos por catálogo, trajes de baño y hasta un auto.
¿Y el Estado mexicano? Ausente. El deporte no es prioridad ni en política pública ni en los presupuestos; nuestros atletas fueron abandonados a su suerte.
Pero hoy quiero compartir con usted, querido lector, los nombres y los méritos de otros mexicanos de oro, quienes, a pesar del rezago educativo, las fallas y deficiencias de la SEP para atender a los estudiantes durante la pandemia, los errores en los libros de texto y la improvisación en la implementación del modelo de la escuela mexicana, enorgullecen a nuestro país con puntajes perfectos y en olimpiadas matemáticas