Su Alteza Serenísima

ENTRESEMANA

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

El sábado último, 9 de octubre, los michoacanos conocieron en vivo y a todo color los estados de ánimo de Su Alteza Serenísima Andrés Manuel.

Supieron de sus querencias políticas y odios personales, confirmaron que para el Duce no hay estados libres y soberanos y para él son representantes personales los gobernadores elegidos en las urnas, aunque hay sospecha de que el crimen organizado apoyó a ciertos personajes porque, ¿a poco no?, la máxima reza: abrazos, no balazos.

Veamos. Días antes, el 24 y 29 de septiembre, en la Ciudad de México los chilangos nos enteramos que la mayoría que votó en 2018 por la doctora –aunque dicen que no cura un pulque—Claudia Sheinbaum Pardo como jefa de Gobierno de la capital del país, para la casa presidencial tiene el rango de representante personal del licenciado Andrés Manuel López Obrador.

¿No que muy demócrata?

Y, mire usted, en el acto central que Su Alteza Serenísima encabezó en Morelia, Michoacán, el sábado último, mismo trato de representante personal dio a Alfredo Ramírez Bedolla, bateador emergente que ganó la sospechosa elección de gobernador, en sustitución de Raúl Morón Orozco, defenestrado de la candidatura por no presentar gastos de campaña.

Ambos casos pintan en toda su dimensión al estado de ánimo de Andrés Manuel, de su hígado que suele ser bodega que se vacía en una mañanera cuanto más en uno de esos rabiosos discursos que despacha a sus opositores cuando se siente agraviado.

De eso saben poblanos, veracruzanos e hidalguenses damnificados del huracán Grace, que le dieron portazo en un acto celebrado en Huauchinango, Puebla.

Ese día, evidentemente encabronado, porque los iracundos ciudadanos pasaron por encima de cuatro filtros e irrumpieron en ese salón del recinto ferial, donde encabezaba el “Plan de Apoyo a Personas Afectadas por el Huracán Grace”, Andrés Manuel –quien lucía una camisita fifí—preguntó a voz en cuello con ayuda del micrófono:

“¿Me van a dejar hablar? ¿Me van a escuchar? ¿Van a guardar silencio? ¿Me van a permitir hablar? ¿Me van a respetar?”

Es el proceder de un soberano, del virrey, del Duce y Su Alteza Serenísima que demanda respeto cuando el respeto se tiene a la investidura presidencial que se gana en las urnas y se pierde en el ejercicio de mal gobernar, de la ocurrencia. Y en ese ánimo se inscriben las querencias y malquerencias de López Obrador, el consejo misionero cristiano que desde el púlpito de la mañanera presume recurrentemente que es humanista. ¡Ajá!

En ese escenario se le atravesó Silvano Aureoles Conejo, quien por aquellos caminos del destino fue sobresaliente perredista, alumno destacado de la familia Cárdenas Batel, miembro del gabinete del entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel, diputado federal que desde la presidencia cameral se catapultó, con apoyo del PRI y ciertos intereses albiazules , a la gubernatura que ganó en segundo intento.

Pero Silvano fue reacio a la corriente que se echó a los brazos de Morena y se declaró abierto opositor a las ocurrencias y decisiones hepáticas de Andrés Manuel y éste, ya con el máximo poder público que puede tener un solo hombre en México, lo abandonó a su suerte, consintió que los michoacanos enfrentaran graves, severos problemas lo mismo de ese sedicente magisterio combativo que se alinea cuando es maiceado, y el crimen organizado que se adueñó de Tierra Caliente y otras regiones del estado de Michoacán.

“Y nos vamos a seguir encontrando, porque yo voy a estar recorriendo, visitando, Michoacán, ahora ya no voy a tener nada que me impida venir libremente a Michoacán”, dijo Andrés Manuel en su mensaje en Palacio de Gobierno, en el corazón histórico de Morelia, en clara alusión a Silvano Aureoles Conejo.

Por supuesto, con ese mensaje sabatino, sin duda Silvano tendrá que andar con un amparo bajo el brazo para evitar ser detenido que no aprehendido por orden no escrita de Su Alteza Serenísima, calidad de sedicente gobernante que se ha ganado a pulso, porque con ese carácter de la época de la Colonia ejerce el poder que no gobierno.

Y es que, bueno, bueno, a Claudia Sheinbaum le dio trato de su representante personal, además de que, dijo, gobierna bien. En serio, no se ría por aquello de la impunidad que priva en el caso de la tragedia de la L12 del Metro, al que la doctora le dio carácter de incidente y franqueó el paso a la impunidad a la entonces directora Florencia Serranía.

Así, al debutante Ramírez Bedolla, en pleno Palacio de Gobierno de Michoacán le dio trato de representante.

“Vamos a trabajar juntos. Él va a representar, como fue la voluntad del pueblo, a los michoacanos, pero también va a ser mi representante en Michoacán, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, él me va a representar y va a coordinar todas las acciones del gobierno federal en Michoacán. Todo nuestro apoyo para que todas las acciones del gobierno federal, todos los programas que se apliquen en los 113 municipios de Michoacán estén supervisados, coordinados por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla”, dijo Su Alteza Serenísima Andrés Manuel.

Y Ramírez Bedolla sonrió, sonrió, como lo hizo la doctora Sheinbaum en su momento. Lea usted.

“Lo cierto es que aquí está la sede del Poder Ejecutivo, aquí estamos el mayor tiempo, aquí en la Ciudad de México. Yo creo que los ciudadanos de la capital tienen acceso a más información; tenemos muy buena relación con la jefa de gobierno, quizá por eso no tengo que hacer muchas giras en la Ciudad de México, porque la jefa de gobierno me aligera la carga, ella me representa muy bien, me siento representado por la jefa de gobierno”, dijo Andrés Manuel en la mañanera del viernes 24 de septiembre último.

Y, ¡faltaba más!, en la tarde de ese viernes 24 Claudia respondió:

“Hoy en la mañana tuve el gran honor de que usted dijera que está representado aquí en la ciudad de México, pero en realidad usted nos representa señor Presidente, es el anhelo por el que luchamos. No se nos olvida de dónde venimos y por ello no se nos olvida dónde estamos, lo que representa la transformación, la cuarta transformación de la vida pública y hacia dónde vamos”, dijo Sheinbaum como se le ha hecho practica imitar y conceder todo a Su Alteza Serenísima.

Pero el asunto no quedó ahí, porque si había alguna duda de quién es el dueño del poder en México, el miércoles 29 de septiembre, en un acto público en la capital del país, en la inauguración de una sucursal del Banco del Bienestar, el licenciado presidente reiteró que Claudia Sheinbaum “gobierna muy bien” la Ciudad de México.

Así las querencias y malquerencias, la venganza personal, el uso del poder para cobrar facturas como fue el caso de Silvano Aureoles y ocurre con Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, o el gobernador de Guanajuato a quien exhibe incapaz de enfrentar al crimen organizado, o elogiar al ineficiente gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez y ponderar al de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.

Pero es insultante cómo procedió en el caso de Silvano. ¿Qué culpa tienen los michoacanos?, porque los abandonó, porque ahí tiene usted al secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, quien casualmente, un día de dijo que en Aguililla había 200 soldados acantonados. ¿Y?, en efecto, estaban acantonados pero no ejercían su tarea.

Insultante la postura del Duce Andrés Manuel hacia los michoacanos. Los abandonó porque privilegió la venganza personal. Su hígado es bodega que descarga selectivamente. ¡Ay, Silvano!

¿Alguna duda? Le comparto la sustancia de ese mensaje del sábado último, cuando el Duce determinó levantar el castigo a los michoacanos.

“Decidimos estar en el corazón político, económico, comercial, cultural de Michoacán para expresar de manera muy clara nuestro apoyo al pueblo michoacano.

“Vamos a seguir apoyando y vamos a tener más acción en beneficio del pueblo de Michoacán, más acciones para el bienestar de los michoacanos”.

“(…) para decirle al pueblo michoacano que el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla cuenta con todo el apoyo del gobierno federal, por eso estamos todos aquí”, dijo Andrés Manuel y los asistentes al acto aplaudieron.

Gracias, Andrés, eres un demócrata y humanista, chinga quedito pero qué se le va a hacer. Gracias, por el Plan de Apoyo para el Estado de Michoacán, total: ya se fue el pinche Silvano, el rebelde Aureoles Conejo y llegó el representante Alfredo Ramírez Bedolla. Digo.

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