*El atentado, perpetrado durante una celebración religiosa judía, ha sido calificado como el más grave con armas de fuego en el país en las últimas tres décadas.
14.12.2025 Sídney, Australia. Las autoridades australianas confirmaron este lunes que el número de víctimas mortales por el ataque armado ocurrido el domingo en la playa de Bondi ascendió a 16, luego de que uno de los agresores falleciera tras un enfrentamiento con la policía.
De acuerdo con los reportes oficiales, los responsables del tiroteo fueron identificados como un hombre de 50 años, quien murió en el lugar tras intercambiar disparos con fuerzas de seguridad, y su hijo de 24 años, que permanece hospitalizado en estado crítico bajo custodia policial. Las autoridades señalaron que no hay más sospechosos vinculados directamente con el ataque, aunque la investigación antiterrorista continúa abierta.
El atentado ocurrió en plena festividad de Janucá, en una zona concurrida de la playa de Bondi, al este de Sídney. Testigos relataron que los agresores abrieron fuego de manera indiscriminada contra los asistentes, provocando escenas de pánico y una rápida movilización de cuerpos de emergencia. Además de los 16 fallecidos, se reportan al menos 40 personas heridas, entre ellas varios menores de edad.
La policía federal y los servicios de inteligencia trabajan en conjunto para esclarecer los motivos del ataque, que ha sido catalogado como un acto de violencia con motivación antisemita. Las autoridades han reforzado la seguridad en espacios públicos y centros religiosos en todo el país, mientras se analizan los antecedentes de los agresores y posibles vínculos con grupos extremistas.
El primer ministro australiano condenó el atentado y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, al tiempo que aseguró que se tomarán medidas para evitar que hechos similares se repitan. Diversas organizaciones comunitarias han convocado actos de solidaridad y vigilia en memoria de los fallecidos.
La masacre de Bondi ha reactivado el debate sobre el control de armas en Australia, país que desde 1996 mantiene una de las legislaciones más estrictas en la materia, tras el tiroteo de Port Arthur. Sin embargo, el ataque del domingo ha evidenciado nuevas vulnerabilidades en el contexto actual, marcado por el crecimiento de discursos de odio y radicalización en línea.
La identidad del agresor fallecido no ha sido revelada oficialmente, pero medios locales han señalado que se trata de un ciudadano australiano con antecedentes por delitos menores.
Su hijo, identificado como Naveed Akram, permanece bajo vigilancia médica y será presentado ante un juez en cuanto su estado de salud lo permita.
Las autoridades han pedido a la población colaborar con información que permita reconstruir los hechos y han habilitado líneas de atención para familiares de las víctimas. El país permanece en estado de alerta mientras se desarrollan las investigaciones.
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