ALHAJERO.
Marta Anaya.
Tanto hablar de independencia y defensa del Poder Judicial de la Federación y no darles el lugar a sus compañeros ministros…
Quienes lo conocen y han trabajado con él, lo saben: si algo deseaba el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea es ser reconocido y pasar a la historia.
La fallida historia de la ampliación de su mandato como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) —aún con el rechazo que de último momento externó— vino, efectivamente, a “marcar con tinta indeleble” su nombre y su carrera. Aunque no como él hubiera deseado.
Extraños los pasos que siguió el ministro presidente ante el Artículo Décimo Tercero transitorio de la Ley Orgánica del Poder Judicial. ¿Desvarío ante “el canto de las sirenas”? Cómo entender, si no, el camino andado:
—Tanto decir que no podía pronunciarse sobre el tema, que porque quedaría impedido para pronunciarse en el juicio, para terminar dando una conferencia de prensa en la que dijo lo que podría haber dicho desde el minuto uno.
—Tanto relajo para ir a anunciarle su decisión, en primer lugar, al Presidente de la República —en un desayuno—, antes de comunicársela al Pleno de la Corte. Ese Pleno que, seguramente, va a anular la ampliación del mandato.
—Tanto hacer una conferencia para que el presidente López Obrador le matara la nota unas horas antes en la mañanera, cuando dijo que veía “muy difícil” que el ministro Zaldívar permaneciera en la presidencia, que sus compañeros no lo querían, devaluando con ello la declaración del ministro; dejando ver que al doctor en derecho no le quedaba de otra, que iba a perder escandalosamente.
—Tanto hablar de independencia y defensa del Poder Judicial de la Federación y no darles el lugar a sus compañeros ministros, ni defenderlos de lo dicho por el Presidente.
—Tanto esperar a pronunciarse, cuando pudo hacer lo que hizo Bernardo Bátiz, quien desde el primer momento dijo que era inconstitucional el transitorio y que él no aceptaría la ampliación de su cargo como consejero de la Judicatura.
—Tanto para que, al final, haya que esperar que se resuelvan los juicios para tener certeza, porque otros consejeros de la Judicatura (Loretta Ortiz y Verónica de Gyvés) no han dicho nada y también les ampliaron sus periodos.
Y como cereza de último momento:
—Tanto hablar de que no se puede pronunciar sobre juicios en curso, para pedirle al magistrado José Luis Vargas “dar un paso al lado” para que los magistrados decidan quién debería presidir el Tribunal Electoral, cuando hay un juicio en la Corte que promovió éste para que se decida cuál de los dos (él o Reyes Rodríguez Mondragón) es el presidente.
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GEMAS: Obsequio de Ricardo Monreal: “El tribunal se encuentra en potencial crisis institucional, pero también en una confrontación política que sólo se superará con la voluntad de sus integrantes y a través de la interlocución de buena fe, tanto de la SCJN como del Senado”.