Tercera visita, tercera

ALHAJERO

/Marta Anaya /

Cada uno de los empresarios estadounidenses tomó la palabra y expuso sus preocupaciones al presidente López Obrador

¿Qué por qué cuatro horas la reunión de Andrés Manuel López Obrador con el enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, y empresarios estadounidenses del sector energético?

Bueno, porque resulta que todos –los 20 empresarios sentados a la mesa en Palacio Nacional– plantearon al Presidente de México sus opiniones, dudas y problemas que enfrentaban, tanto en negocios particulares, como los que podrían derivar de la Reforma Energética. Así que entre pescado o carne (a elegir), agua de jamaica y de limón, AMLO –junto con Adán Augusto López, Rocío Nahle, Rogelio Ramírez de la O, Octavio Romero, Manuel Bartlett, Roberto Velasco– tomó nota pacientemente de las preocupaciones de cada uno de los inversionistas y expuso su propia visión de los cambios que plantea.

¿Resultados? Sí, sí los hubo. En algunos casos –seguramente esta mañana López Obrador los mencionará con nombre y apellido– se lograron soluciones a problemas concretos que enfrentaban en el terreno de los hidrocarburos (petróleo y gas) y en el sector eléctrico.

En otros, se abrieron rutas de solución. En la mesa quedó como problemática importante el tomar medidas para la descabornización. Evitaron también la ruptura en los canales de comunicación. El diálogo entre una y otra parte se mantendrá al más alto nivel.

Frente a la Reforma Energética hubo ambigüedad. Se recibieron los puntos de vista de los vecinos del norte, pero de este lado se expuso que la pelota estaba en la cancha del Congreso y que había que esperar el resultado. Sin embargo, desde la perspectiva mexicana, “se distendieron” las cosas. Parte importante del encuentro fue una encerrona de una hora que sostuvieron antes de la comida, en petit comité, AMLO, Kerry, el embajador de EU, Ken Salazar; el secretario de Gobernación, Adán Augusto, y el jefe de la Unidad para América del Norte, Roberto Velasco.

Ahí se habló de múltiples temas, desde el cambio climático, la política energética, la industria automotriz, las cadenas de suministro, Rusia, Ucrania, geopolítica…

Para todos quedó claro que en este tercer encuentro –a días de que la Suprema Corte vote la constitucionalidad o no de la Ley de la Industria Eléctrica, y de que en la Cámara de Diputados se discuta y suba al Pleno la Reforma Energética–, Kerry echó la carne al asador.

A decir de AMLO, el encuentro fue “amistoso, necesario y benéfico”. Y, por lo que ha trascendido de otros asistentes, el enviado especial de Estados Unidos y sus invitados se fueron “tranquilos y contentos”. Seguramente no tardaremos en conocer su propia opinión.

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GEMAS: Obsequio de Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos: “(Estoy) profundamente preocupada por lo que ha ocurrido a nivel legislativo y regulatorio en la industria energética mexicana en los últimos meses”.