TRES EN RAYA
/Verónica Malo Guzmán /
El juez Juan Pablo Gómez Fierro, titular del Juzgado Segundo de Distrito en materia administrativa, especializado en competencia económica, radiodifusión y telecomunicaciones, es ejemplo de lo que debe ser un verdadero servidor público
Ante el embate diario que sufren las instituciones del país, la democracia misma, hay autoridades que demuestran su valía y su valor. Quizá, si se piensa, no es que hagan algo extraordinario; solo cumplen con su responsabilidad y con la ley. Pero hoy, cuando eso se ha vuelto un bien escaso, el hacerlo, sin duda sobresale.
El juez Juan Pablo Gómez Fierro, titular del Juzgado Segundo de Distrito en materia administrativa, especializado en competencia económica, radiodifusión y telecomunicaciones, es ejemplo de lo que debe ser un verdadero servidor público.
Esta semana hemos sido testigos de la inmundicia de la política: un diputado federal capaz de drogar a menores de edad para tener relaciones con ellos, después negarlo y solo ante la evidencia comenzar a recular. Aunado a un coordinador de bancada en la Cámara de Diputados que dijo: “no vamos a pedir ejercer ninguna acción contra él porque ese acto lo realizó dentro de su vida privada, no como diputado”.
¡Órale¡ ¿No pasa nada si se trata de un sujeto que aparentemente ha violado a un menor de edad, pero sí se puede pedir juicio político contra los consejeros del INE por cumplir con su deber? En fin, la pedofilia para este no-ilustrado legislador es una cuestión de la vida privada…
¡Pero qué nos sorprendemos! Se trata del mismo coordinador que cambió a dos legisladoras para que los sustitutos votaran a favor de la reforma del poder judicial en la madrugada de este viernes. Sí, el diputado por Morena, Nacho Mier, quien acotó: “el derecho es de una corriente de pensamiento conservador y nosotros haremos justicia, no derecho”.
Estamos invitados a quedarnos anonadados ante su ignorancia, máxime cuando como legislador su deber es velar por la ley, lo cual incluye mejorarla, modificarla y crearla. Pero de ahí a decir que su función sea ‘hacer justicia’ y no legislar, es caer en el colmo de la deformación política. Ya no hablemos de sus nulos conocimientos y principios.
Tampoco, por cierto, debe olvidarse ni quedar fuera #LordNalgadas, ni la candidata que negó todo por conseguir su hueso/curul.
Ante estos oscuros personajes, la demostración —ahí sí— del uso del derecho para practicar e impartir justicia del juez Gómez Fierro en su sentencia dictada, es una bocanada de aire fresco. Esa que otorgó la primera suspensión provisional —aunque siguieron varias más— contra el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (PANAUT), medida cautelar que permite al usuario no entregar sus datos biométricos para registrar su línea telefónica so pena de cancelársele su registro.
Mientras se defiende a pedófilos bajo el argumento de que ese acto fue en su vida privada, al Juez Gómez Fierro se le ataca por todos los medios institucionales posibles. Se olvida que un juez de distrito tiene por responsabilidad y obligación otorgar amparos contra actos de autoridad, habiendo elementos que lo ameriten.
El amparo es el procedimiento legal que permite reconstruir el tejido social deteriorado por los excesos de poder y las disparidades sociales (Juan N. Silva Meza, expresidente de la SCJN). Es además la garantía que nos protege de una posible violación de nuestros derechos humanos.
Ante el atropello de permitir que los datos biométricos, información tan personal, sean manejados para tener acceso a un celular, que se nos otorgue una suspensión provisional es un remanso de justicia.
Y es que esta norma que se acaba de legislar, en lugar de evitar que los presos tengan celulares en las cárceles y extorsionen a través de ellos, ¡exige a los ciudadanos que demos nuestros datos! Se debería normar para castigar al delincuente, no para que el ciudadano tenga expuestos sus datos biométricos al mejor postor.
La sentencia dictada por el Juez Gómez Fierro nos vuelve a recordar la necesaria división de poderes. La importancia de la autonomía de estos, y por qué los jueces imparciales, si bien le podrán doler y molestar al gobierno en turno, son quienes contribuyen a que exista justicia en México.
La Cuarta Transformación ha llegado a tal distorsión que ataca a quien cumple la ley, al que imparte justicia, pero felicita a quien filtró el padrón electoral en el 2013 y fue sancionado por ello en 2017. Sí, el subsecretario Ricardo Mejía fue felicitado ayer por AMLO. El mismo individuo que está encargado ahora de impulsar el registro de los datos biométricos de los usuarios de telefonía celular.
Solo resta decir: Gómez Fierro, ¡Qué contraste! Necesitamos más jueces y funcionarios cómo él. La antítesis de quienes son felicitados en Palacio, de quienes obvian a sus compañeros tocones y pedófilos. Un funcionario público que conoce y cumple con su deber. Debemos apoyar a este tipo de servidores que defienden la Justicia (así con mayúscula) y el derecho en tiempos de oscuridaHolas buenas noches, hoy es viernes 23 de abril.