*El Papa y la plaga de la violencia contra las mujeres, una profanación de Dios.
Vaticano, 25 Noviembre 2020.- “Debemos hacer todos mucho más por la dignidad de cada mujer”. Es un pasaje del tweet del Papa Francisco con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una ocasión para reflexionar, también a través de las palabras del Papa, sobre una plaga extendida en todo el mundo y que, en esta época de pandemia, se vuelve aún más dramática. Por la forma en que tratamos los cuerpos de las mujeres,” dijo Francisco el 1° de enero pasado, “comprendemos nuestro nivel de humanidad”.
“Con demasiada frecuencia las mujeres son ofendidas, abusadas, violadas, inducidas a la prostitución… Si queremos un mundo mejor, que sea una casa de paz y no un patio de guerra, todos debemos hacer mucho más por la dignidad de cada mujer”. Son palabras importantes las que el Papa Francisco confía a un tweet en su cuenta @Pontifex con motivo del hodierno Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
A menudo las mujeres son ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse… Si queremos un mundo mejor, que sea casa de paz y no patio de guerra, debemos hacer todos mucho más por la dignidad de cada mujer.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) November 25, 2020
Para darnos cuenta del grado de civilización de un pueblo, de una sociedad y de un hombre, basta dirigir la mirada hacia las paredes de una casa, una calle, entre las imágenes de una película o de una publicidad. “De cómo tratamos el cuerpo de la mujer – dijo el Papa Francisco en la Santa Misa el pasado 1 de enero – “comprendemos nuestro nivel de humanidad”.
“Las mujeres son fuentes de vida”. “Sin embargo, – agregó el Pontífice durante esa celebración en la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, – son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre. Toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer”.
Libertad y dignidad
La violencia contra las mujeres es una herida para toda la sociedad. En el 2016, con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Papa escribió estas palabras: “¡Cuántas mujeres padecen el peso de la vida y el drama de la violencia! El Señor quiere que vivan libres y con plena dignidad”. Siempre en el 2016, en la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, el Pontífice recordó que el canto del Magnificat, el canto de María, nos lleva a pensar también en tantas dolorosas situaciones actuales, en particular “en las mujeres esclavas de la prepotencia de los poderosos, en las niñas obligadas a realizar trabajos inhumanos, en las mujeres obligadas a rendirse con su cuerpo y su espíritu a la avidez de los hombres”.
Mujeres esclavas
En la entrevista al Papa realizada por Valentina Alazraki, transmitida por la emisora mexicana Televisa en 2019, el Pontífice subrayó que “el mundo sin la mujer no funciona”. Pero en diferentes regiones del planeta, incluso en Europa, están reducidas a la esclavitud. “Cuando visité un centro de rehabilitación para niñas en el Año de la Misericordia – dijo el Papa Francisco entre otras cosas – una tenía una oreja cortada, porque no había traído suficiente dinero. Tienen un control especial sobre los clientes, así que si la chica no cumple con su deber, la golpean o la castigan como le sucedió a aquella. “Mujeres esclavas”.
Las mujeres son fuerza genuina para la vida de las familias.
La mujer ofrece una indispensable aportación en la sociedad, “en particular con su sensibilidad e intuición hacia el otro, el débil y el indefenso”, afirmó el Santo Padre, encontrando el 25 de enero de 2014, a las participantes en el Congreso Nacional del Centro Italiano Femenino.
“Los dotes de delicadeza, peculiar sensibilidad y ternura, que abundantemente tiene el alma femenina, representan no sólo una genuina fuerza para la vida de las familias, para la irradiación de un clima de serenidad y de armonía, sino una realidad sin la cual la vocación humana sería irrealizable. Esto es importante. Sin estas actitudes, sin estos dotes de la mujer, la vocación humana no puede realizarse”