La imagen del Cristo milagroso que el Papa Francisco visitó el 16 de marzo en la iglesia romana de San Marcelo para rezar por el fin del coronavirus, fue retirada de su altar y transportada a la Plaza de San Pedro para que pueda estar presente el viernes durante la bendición Urbi et Orbi del Santo Padre.
El periodista vaticanista Francesco Antonio Grana confirmó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que el crucifijo fue retirado este miércoles por personal del Vaticano a las 6:30 p.m. (hora de Roma) de la iglesia de “San Marcello al Corso”, que data del siglo V, para ser instalado temporalmente en la Plaza de San Pedro.
Esta escultura fue venerada como milagrosa por los romanos después de ser la única imagen religiosa que quedó ilesa tras el incendio que destruyó completamente la iglesia el 23 de mayo de 1519.
Menos de tres años después, Roma fue devastada por la “peste negra”. A pedido de los fieles, el Cristo milagroso fue llevado en procesión desde el convento de los Siervos de María en Vía del Corso hasta la Plaza de San Pedro, deteniéndose en todos los barrios romanos. La procesión duró 16 días, del 4 al 20 de agosto de 1522. Cuando el crucifijo fue devuelto a San Marcelo, la plaga había desaparecido por completo de la ciudad.
Desde esa fecha, el Cristo milagroso ha sido llevado en procesión a San Pedro cada año sagrado, alrededor de cada 50 años.
Actualmente el crucifijo tiene grabado en su parte posterior el nombre de cada uno de los Papas que presenciaron las procesiones. El último nombre grabado es el del Papa San Juan Pablo II, que abrazó el Crucifijo durante el “Día del Perdón”, en el marco del Jubileo del 2000.