Traspasos, ventas sin rostro y sin ley .

*DEBO, NO NIEGO; PAGO, LO JUSTO” .

 / Teresa Carbajal /

Parece que no se acaban nunca las historias de traspasos ilegales de viviendas en donde parece que eres dueño de todo, pero en realidad eres dueño de nada.

La oportunidad que como un oasis en el desierto se nos abre, al momento de adquirir una casa con traspaso, significa para muchos la única o la última oportunidad de tener casa propia, sin pasar por la solicitud de crédito o calificar para ser sujeto del mismo.

Ello aunado a la desinformación, a estar cansado de pagar renta, o al genuino deseo de darle un fin útil a un ahorro que se tenga por ahí guardado; y, si a eso le sumas que para “formalizar el trato” y por costumbre muchos llegan hasta Notarías Públicas en donde se adquiere la convicción y certeza de que se está haciendo lo correcto.

Por la confianza que se tiene, ya por tradición en los fedatarios públicos, y más si hay documentos de por medio, en donde se lee, ‘contrato de compraventa’, ‘otorgamiento de Poder’, con mayor razón se erradica cualquier desconfianza.

La verdad detrás de estos eventos es que en realidad nada de eso, tiene el efecto deseado, pues el dueño seguirá siendo dueño, a menos que el acreedor acepte la sustitución del deudor, y le cambie los papeles; o en el mismo acto de la operación se pague la deuda al acreedor y se inscriba la venta en el Registro de la propiedad a nombre del nuevo dueño.

Fuera de estos supuestos, Usted no compró una casa, compró un problema. Este es el caso de Lola, quien recibió cierto día la visita de un cobrador de la hipotecaria para enterarle que el pago vencido había generado el inicio de un juicio en contra de la dueña de la casa que habitaba.

Después de reconocer que en efecto había incumplido con los pagos mensuales a los que se comprometió por una avalancha de problemas personales y familiares que a nadie se le desean, pero que a todos nos suceden.

Preguntó al visitante por la cuenta que se debía, y la forma de poder pagarlo. Bajo la promesa, de que ahora sí, buscaría dinero de donde fuera con tal de poder sacar adelante el compromiso, y quitarse ya de esa preocupación.

Sucedió entonces que el cobrador y abogado de la empresa, le preguntó por los documentos que le amparaban como dueña de la casa, pues el pleito estaba a nombre de la dueña primigenia; y ella nada tenía que ver en el asunto.

Advirtiéndole además que, si por algún motivo llegaba a pagar, tenía que mostrar el poder notariado o documento con el cual acreditara a la hipotecaria la calidad o parte en el préstamo, pues con nadie más podía entenderse el caso.

Aunado al hecho de que para acceder al trámite de la negociación tendría que enviar una propuesta de pago firmada por la titular de la deuda, para entablar el diálogo de la negociación.

Todo esto bajo advertencia de que aún así, una vez pagada la deuda, la dueña seguiría siendo la poderdante, no importando quien pagara la deuda. Segura como estaba Lola, de que ante Notario le firmaron el contrato de venta, y aparte el poder, se propuso formular la petición a la hipotecaria.

Una amiga le susurro entonces al oído, que por aquello de las dudas, mejor buscara una opinión legal, para hacer las cosas bien, y no correr riesgos, pues con todo aquello que el cobrador le dejó dicho le entró la desconfianza. Fue así, que se enteró que a favor de ella no se había otorgado Poder, sino a una tercera persona de la que ya no se sabía si aún vivía.

Tampoco existió compraventa, sino un documento sencillo, sin sellos ni firmas, mucho menos que constara se hubiera hecho ante Notario. Entró en contacto con la dueña del crédito y esta le respondió con desconfianza, que no accedería a firmar ni un documento más, pues quería evitar problemas. A su alrededor muchas voces se levantaron para aconsejarle una cosa y luego otra, pero ninguna le daba la certeza absoluta de poder rescatar lo que había invertido.

Es lamentable, que esto siga sucediendo, y no parece haber forma de pararlo. Habría de agregarse alguna leyenda a las escrituras que diga, ¡se prohíben los traspasos ¡a ver si así entendemos, pues parece que mientras eso no sea explícito, se encontrarán siempre formas de buscar, o rebuscar, la vuelta para hacer aparentemente legal el negocio aunque terminen en desgracia del patrimonio ajeno.

 

Si tiene dudas o deudas, llame al 2281148502 visite  www.elbarzonrc.org Contacte elbarzonrc@yahoo.com.mx, O sígame en @terecarbajal