Tres asesinatos estremecen Michoacán en jornada marcada por la violencia: Carlos Manzo, Alejandro Torres y su esposa Blanca.

*Les fue arrebatada la vida en ataques armados separados.

02.11.2925, Michoacán, La noche del sábado 1 de noviembre de 2025 se convirtió en una de las más sombrías para Michoacán, luego de que se registraran dos asesinatos que sacudieron a la entidad. En Uruapan, el alcalde Carlos Manzo Rodríguez fue abatido a tiros durante un evento público, mientras que en La Ruana, Alejandro Torres Mora, sobrino del fallecido líder de las autodefensas Hipólito Mora Chávez, fue ejecutado junto a su esposa dentro de su domicilio.

Carlos Manzo, quien gobernaba Uruapan desde septiembre de 2024, fue atacado mientras participaba en el Festival de las Velas, una celebración conmemorativa del Día de Muertos. El atentado ocurrió alrededor de las 8:10 de la noche, cuando sujetos armados irrumpieron en el evento y abrieron fuego contra el alcalde y su equipo de seguridad. Manzo fue trasladado de emergencia al hospital Fray Juan de San Miguel, donde falleció cerca de las 8:50 horas. El regidor Víctor Hugo de la Cruz también resultó herido, aunque su estado de salud fue reportado como estable.

El asesinato de Manzo ha generado una fuerte condena por parte de autoridades estatales y federales y la ciudadanía ha sido convocada a;salir a las calles a pritestar en lo que llaman “la marcha del hartazgo” para exigir la destitución de gobernantes que no cumplen con su deber legal de dar seguridad a sus gobernados.

El fiscal general de Michoacán, Carlos Torres Piña, confirmó que una persona fue abatida y dos más detenidas en relación con el crimen. La Fiscalía continúa con las investigaciones para esclarecer los motivos detrás del ataque, aunque se infiere que está vinculado con los grupos delictivos que operan en la región, especialmente en sectores como el aguacate y el limón, que han sido blanco de extorsiones.

Los fueron a matar a su casa

Horas antes, en la tenencia Felipe Carrillo Puerto, conocida como La Ruana, se reportó otro hecho violento. Alejandro Torres Mora, productor limonero y su esposa Blanca fueron asesinados a balazos dentro de su vivienda ubicada en la calle Mártires de Uruapan, en la colonia Centro de la localidad.

Las víctimas, fueron halladas al interior de su vivienda en la tenencia Felipe Carrillo Puerto, conocido como “La Ruana”.

Durante la madrugada del sábado 1 de noviembre de 2025, Blanca y Alejandro fueron torturados y ejecutados dentro de su vivienda en la calle Mártires de Uruapan, en la colonia Centro de la tenencia Felipe Carrillo Puerto, también conocida como La Ruana luego de que un grupo de hombres derribaran su puerta

El ataque contra la pareja ocurrió tras reportes de enfrentamientos en la zona, presuntamente perpetrado por integrantes del grupo delictivo “Los Viagras”. Un grupo que actúa con impunidad y complacencia de los gobiernos de los tres niveles.

La Familia de la pareja asesinada, quienes contaban con residencia en Estados Unidos, exigieron a las autoridades una investigación exhaustiva, pues confirman que tanto Torres Mora como su esposa fueron torturados antes de ser asesinados.

Torres Mora era sobrino de Hipólito Mora Chávez, figura emblemática en la lucha contra el crimen organizado en Michoacán, quien también fue asesinado en junio de 2023.

La muerte de Alejandro y su esposa revive el temor entre los habitantes de La Ruana, quienes han vivido años de violencia y enfrentamientos entre grupos de autodefensa y organizaciones criminales sin que el gobierno estatal y federal paren la masacre contra la población civil, productores, empresarios y políticos.

La mujer asesinada junto a Alejandro Torres Mora en La Ruana se le identificó como Blanca. Su nombre fue confirmado de manera extraoficial por medios locales y por Guadalupe Mora, jefe de tenencia de La Ruana y tío del fallecido.

Blanca no era una figura pública ni tenía vínculos notorios con movimientos sociales, pero su vida fue igualmente arrebatada por la violencia que azota a Michoacán.

Nombrarla es un acto de justicia simbólica, un reconocimiento de que su historia importa y que su muerte no debe quedar en el anonimato. Invisibilizarla sería perpetuar una narrativa incompleta, donde las mujeres víctimas de violencia son relegadas a notas al pie o menciones genéricas.

La exigencia de justicia por Blanca debe ser tan firme como la que se levanta por Alejandro Torres Mora. Ambos fueron víctimas de un contexto de inseguridad que sigue cobrando vidas en la región. La memoria de Blanca merece espacio, voz y dignidad.

Todas las víctimas de asesinatos del crimen organizado reflejan el complejo panorama de inseguridad que persiste en Michoacán, donde líderes políticos y sociales continúan siendo blanco de ataques.

La jornada del 1 de noviembre deja una profunda herida en la entidad, justo en una fecha que tradicionalmente se dedica a honrar a los muertos y muertas en una tradición altamente arraigada en la entidad.

Las autoridades discursivamente han prometido reforzar la seguridad en las zonas afectadas y dar seguimiento puntual a las investigaciones, aunque la población exige resultados concretos y garantías de protección ante tantas declaraciones vacías y blanqueadas con el manto de impunidad y justificaciones falsas.

Tras más de 12 horas de silencio la Presidenta Sheinbbaum, a quien el alcalde Carlos Manzo le solicito ayuda para combatir el crimen y lo único que recibió fue que la mandataria mexicana le dijo que pusiera una denuncia, finalmente emitió un mensaje.

Condenó el crimen del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo y expresó condolencias a su familia y seres queridos, así como al pueblo de Uruapan ante esta irreparable pérdida.

“Hoy convoqué a Gabinete de Seguridad para garantizar el apoyo a Michoacán y que no haya impunidad.”

De acuerdo a la versión presidencial Los mandos territoriales de Defensa y Guardia Nacional mantenían comunicación con el alcalde y contaba con protección federal, refirió sin explicar en su mensaje en redes , entonces cómo es que lo mataron y en un evento público.