Un cuadro incomprensible para la CNDH. ¿Conflicto de intereses?

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Por Rodolfo Ondarza*

Se reeligió a Rosario Piedra como presidenta de la @CNDH.

Para ello existe todo un proceso legal que va desde el examen de elegibilidad de cada candidato, la realización de un Parlamento Abierto, una comparecencia de los mismos ante las Comisiones Unidas de Derechos Humanos y de Justicia del Senado de la República, la conformación de una terna, hasta la votación en el pleno del Senado por quien presidirá a la CNDH.

En un país con alrededor de 130 millones de habitantes, y cerca de 40 millones de mexicanos en el extranjero, ha sido un honor el ser uno de los 47 candidatos elegibles a la presidencia de la CNDH. Por lo que agradezco profundamente esta distinción al Senado, a las organizaciones y a la ciudadanía que me ha apoyado en esta ruta brindándome su confianza.

Existe una gran desinformación sobre el manejo de una lista de 15 candidatos que nadie sabe, de los candidatos ni de la ciudadanía, de dónde salió, en donde se “calificó” a los candidatos.

Hechos:

La Comisión de Justicia del Senado se integra por 20 senadores.

https://www.senado.gob.mx/64/frames/consultas.php?ver=integrantes&id=378#

La Comisión de Derechos Humanos del Senado se encuentra constituida por 15 senadores

https://www.senado.gob.mx/66/comisiones/ordinarias/363

Son entonces un total de 35 senadores de estas Comisiones Unidas.

Oficialmente estas Comisiones dieron a conocer públicamente un listado de 22 indicadores “de conformidad con lo establecido en la Base Décima de la Convocatoria, la Secretaría Técnica de la Comisión de Derechos Humanos, proporcionó el listado de indicadores el cuál fue aplicado por los integrantes de ambas Comisiones a efecto de poder reconocer el trabajo realizado por los aspirantes”, de donde la lógica dice que deberían realizarse las calificaciones de aspirantes.

Además de la evaluación de la exposición del proyecto de cada candidato en 5 minutos y de sus respuestas ante las preguntas formuladas, aunque no se especifica si esta calificación se incluyó en los indicadores mencionados además de la calificación a la documentación entregada por los candidatos. Que dicho sea de paso, en mi caso fue imposible anexar un currículum vitae de unas 90 páginas sin sus constancias (ya con ellas son más de 500 páginas), en donde se pidió un proyecto de únicamente 10 páginas para dirigir a la CNDH.

Dudas.

Lo que aparentemente sería un criterio cualitativo y un tanto cuanto subjetivo; en donde no hubo equidad en cuanto a los tiempos de exposición. Para cada uno esos indicadores los senadores podían votar si o no, un voto a favor o en contra.

Siendo 35 senadores y habiendo 22 indicadores por candidato, debería haber un total de 770 votos por candidato, o 770 evaluaciones abarcando cada ítem a calificar si todos los senadores hicieron su trabajo.

Por lo tanto, estamos hablando de que siendo 47 candidatos a la CNDH tendrían que ser 36,190 las evaluaciones realizadas por los 35 senadores.

Se evaluaron cuantitativamente requisitos de orden cualitativo tales como la independencia y la probidad. Ello de una manera un tanto cuanto subjetiva.

En lógica matemática es difícil, si no imposible, que en las calificaciones no surgieran fracciones decimales, aún realizando ponderaciones a los resultados finales para cada candidato.

Y viene lo más interesante:

Por otra parte, existe una lista de 15 candidatos que nadie sabe, de dónde salió, y de la que los medios afirman que se trata un listado proporcionado por las Comisiones Unidas. Esto a pesar de que previamente se había anunciado por la Comisión de Derechos Humanos que existía un listado de 10 semifinalistas.

En dicho listado de 15 candidatos de “los mejor evaluados” 4 de ellos tienen un solo voto.

¿Eso quiere decir que 32 candidatas y candidatos determinados por el Senado no obtuvieron un solo voto? ¡Eso sería ridículo y ofensivo!

Ese listado claramente se titula “Votación conforme a evaluación según indicadores”. Sin embargo, la lista se subdivide en dos coaliciones de partidos políticos a los que pertenecen los senadores (Morena, PT, PVEM y en otra columna PRI, PAN, MC), en una tercera columna se cuantifican los votos totales obtenidos por cada candidato.

Esto hace pensar que los indicadores discutidos también por las organizaciones del Parlamento Abierto, no fueron tomados en cuenta, y que no sirvieron para nada, para la evaluación de los candidatos, sino que al final se trató únicamente de votos de senadores pertenecientes a los distintos partidos políticos.

Y que estos senadores votaron para conformar una terna de acuerdo a su leal saber y entender, o de acuerdo con una línea política.

La fotografía 3 muestra el popular listado, manejado por los medios, de “Votación conforme a evaluación según indicadores”.

De ese listado se afirma se encuentran las calificaciones de los candidatos expresadas en votos. Donde quien más votos obtuvo logró 15 y quien menos un solo voto.

Ese listado señala un total de 74 votos para 15 candidatos.

¿De dónde salieron esos 74 votos?. Tampoco corresponden a 1 0 2 por cada uno de los 35 senadores. Nunca se dio a conocer el listado completo de calificaciones de candidatos.

De ahí surgen varias preguntas ineludibles: ¿15 votos entre 22 indicadores para el “primer lugar“, calificados por 35 senadores

Definitivamente los números no cuadran.

En otras palabras.

Un total de 35 senadoras y senadores de la Comisiones Unidas de Derechos Humanos y de Justicia para calificar a 47 candidatos a ocupar la presidencia de la CNDH, a través de 22 indicadores; de esos indicadores los senadores tenían que contestar un simple sí o un no, entonces existían 22 respuestas por senador para cada candidato, aprobatorias o no.

¿22 votos por senador para cada candidato? ¿De esos indicadores finalmente se externaba un voto por senador para cada candidato?. ¿Es realmente posible que la mayoría de las y los candidatos no recibieran un solo voto?. Aún así no cuadran los números para ninguna de estas posibilidades.

Por otra parte, desde el Senado se dijo inicialmente que existía una lista de 10 semifinalistas, no un listado con 15 nombres; y siguen sin cuadrar los números.

Se dice en los medios de prensa y por políticos que él máximo puntaje para una candidata fueron 15 votos. Entonces las preguntas pertinentes son:

1. ¿Por qué no se publicitó la calificación otorgada a cada candidato por senador y el total?

2. ⁠¿Por qué no se transparentó la metodología y criterios de calificación de candidatos y selección de la terna?

3. ⁠¿Por qué no se dieron a conocer los nombres de los senadores que se tomaron la molestia de calificar a los candidatos?

El que senadores agrupados en sus respectivos partidos políticos y coaliciones voten por quien dirija la presidencia de la CNDH, que por naturaleza es anti sistémica, nos lleva a un conflicto de intereses; en donde se pierde la autonomía e independencia de los senadores al emitir su voto.

Pareciera que es una falacia el listado “público” de calificación de candidatos. ¿Qué tanto contó el criterio político?

Lo cual sería una falta grave al pueblo y también de respeto a quienes participamos en un entredicho “debido proceso” de selección de una terna para definir la titularidad de la CNDH. Porque teóricamente se evaluó objetivamente la capacidad, la preparación y la experiencia de cada candidato para tutelar los Derechos Humanos de los mexicanos.

¿Strike cantado para las candidaturas a la presidencia de la CNDH y para sus derechos, y los Derechos Humanos en México?

Sería justo que emitieran una explicación, para que no hablemos de apariencias, sino de evidencias que no lesionen los Derechos Humanos.

Señalo una vez más que siendo la Salud el Derecho Humano más frecuentemente violado, y por mucho, un criterio obvio de selección debe incluir a quien proponga la solución a los problemas de estas víctimas, que se encuentran en todos las esferas sociales, particularmente entre los más vulnerables.

Por ejemplo, en la última década, el promedio anual de casos judicializados relacionados con negligencias médicas es de 37. En la mayoría de los casos se trata de demandas civiles, por lo que el resultado suele ser la indemnización, sin sanción definitiva al médico responsable.

Otros datos importantes es que cada minuto mueren cinco pacientes por errores médicos en el mundo. Y que el número pacientes dañados por procedimientos médicos aumentó un 60% en 30 años.

A pesar de su inmenso número, y del fuerte impacto de las víctimas de violación al Derecho Humano a la salud, los responsables usualmente se encuentran impunes y las víctimas son invisibilizadas y revictimizadas a pesar de padecer muchas veces un sufrimiento lento.

Otro punto, igualmente importante, lo constituye la necesidad de una Unidad Nacional en torno a una Paz Larga y Duradera, dada la normalización de la violencia extrema que se vive en el país.

Finalmente sugiero que en el futuro se incluyan pruebas de confiabilidad, evaluaciones psicométricas diseñadas para medir la honestidad, la ética y la propensión a comportamientos responsables de los candidatos a ese puesto, con el fin de identificar a las personas que no solo poseen las habilidades necesarias para el ese trabajo, sino que también actúan de manera ética y confiable. Evaluar la propensión a la violencia, el acoso laboral (mobbing), la honestidad, y el consumo de alcohol y drogas es esencial. Un examen antidoping e incluso el uso del polígrafo son métodos objetivos que pueden proteger los intereses nacionales.

Asimismo, señalo que la reelección, en este y otros espacios, no tiene cabida en estructuras democráticas; y lo mismo ocurre, al existir conflictos de intereses en cuanto a quienes votan por un candidato.

Lo óptimo es que la selección y elección corriera a cargo de un cuerpo colegiado de organismos estrechamente relacionados con los Derechos Humanos, preocupados por el bien común y la justicia. O que al menos tuvieran una participación activa en el proceso, garantizando así el bienestar de los intereses del pueblo y la pluralidad democrática.

Rodolfo Ondarza* Neurocirujano, defensor de los Derechos Humanos. Ex candidato a presidir la CNDH.