Un México médicamente irresponsable mató a Paloma.

Por: Mónica Garza

Perder en el quirófano a una paciente de 14 años en una cirugía estética, es el reflejo de un sistema médico aletargado en regulación, supervisión y sobre todo desprovisto de ética profesional. El caso de Paloma Nicole, la adolescente duranguense que falleció tras una cirugía de aumento de senos en una clínica privada, expuso las peligrosas lagunas legales, que tanto la desprotegieron.

La cirugía se habría realizado con autorización de su madre y presuntamente por la pareja de ésta, sin dar aviso al padre de la joven, a quien sólo se le informó que la niña sería aislada por Covid-19.

Días después el padre fue informado sobre la hospitalización de su hija, cuya condición grave derivó en su fallecimiento, y fue hasta el velorio que él se percató de que Paloma tenía implantes.

En México la norma general sobre actos médicos existe, pero hay un vacío sobre las cirugías estéticas en menores sin fines reconstructivos. No hay una edad mínima explícita en la ley que prohíba las intervenciones cosméticas.

Sí se exige la especialidad del médico tratante y ciertas condiciones para la cirugía, además de reglas de consentimiento informado y protección reforzada a personas menores de edad.

La Comisión Nacional de Arbitraje Médico y la Comisión Nacional de Bioética recuerdan que el consentimiento informado es un proceso —no un formato— y, cuando se trata de menores, deben intervenir representantes legales, garantizarse información suficiente, veraz y comprensible.

Es decir, que si no hay urgencia terapéutica y falta el consentimiento de quien ejerce la representación legal, podría haber una omisión grave del deber de cuidado sanitario.

Desde 2024, la autoridad federal emitió una “Alta Directiva Sanitaria” para establecimientos que practican procedimientos quirúrgicos estéticos: exige licencias y condiciones de infraestructura. No cualquier consultorio puede operar.

Entre 2022 y el primer semestre de 2024, Cofepris cerró 97 clínicas clandestinas y servicios de salud con irregularidades graves: 34 en 2022, 49 en 2023 y 14 en la primera mitad de 2024.

La sola cifra de cierres describe el tamaño del problema de la informalidad en procedimientos médicos, lo cual es muy grave considerando que México es uno de los mercados más grandes del mundo en procedimientos estéticos.

Según la encuesta global 2023 de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery, en el mundo se realizaron 34.9 millones de procedimientos estéticos (quirúrgicos y no quirúrgicos).

México es uno de los destinos más populares para el turismo médico-estético, con una demanda que va en franco ascenso desde 2023.

Desafortunadamente el caso de Paloma expuso el escenario más riesgoso, en el que hizo falta lo estrictamente elemental:

En primer lugar, el consentimiento de su padre, siendo cotitular de la patria potestad de la jovencita. Al no haber indicación terapéutica, la autorización de un solo padre para una cirugía cosmética en una menor, abre un boquete legal inmenso.

En lo que respecta a la idoneidad del prestador de servicio, otro foco rojo se encendió, pues se presume que la madre de la víctima habría participado en la ejecución de la cirugía sin contar con una cédula profesional para ello.

Hasta el momento se sabe que la Clínica Santa María, en Durango, que realizó la intervención, está en regla. Pero si se confirma que la madre intervino en la cirugía sin las debidas credenciales, hablamos de una total negligencia médica.

El médico tratante —y pareja de la madre de Paloma— cuenta con las licencias necesarias y aunque la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva anunció una suspensión, se trata de una medida interna que no lo afecta legalmente para ejercer su profesión.

En países como España, por orden ministerial está limitada la práctica de cirugía estética en menores de edad. Colombia, por ejemplo, adoptó en 2016 una norma que prohíbe procedimientos médicos y quirúrgicos estéticos en pacientes menores de edad.

Incluso está prohibida la publicidad que incluya a modelos menores de edad en campañas.

Otras naciones de Latinoamérica como Perú y Chile también han regulado claramente los procedimientos quirúrgicos con fines estéticos.

Aunque el problema no está sólo en la ley, sino en lo que se extiende como un tentáculo asfixiante entre los jóvenes que están creciendo actualmente con ideas obsesivas y hasta distorsionadas sobre la estética corporal, donde “lo perfecto” sólo lo consigue el bisturí.

280 mil cirugías plásticas realizadas al año en menores de edad en México, es una cifra suficientemente alarmante como para encender todas las alertas, en un país con tan graves deficiencias en el sector salud como es México.

Urge entonces establecer un nuevo marco legal sobre las cirugías plásticas en menores de 18 años en nuestro país, con valoraciones médicas responsables y dictámenes psicológicos rigurosos, que quizá bien podrían empezar por los padres de los pacientes…